Los centros clandestinos de detención “El Campito”, la Prisión Militar de Encausados y el Hospital Militar Campo de Mayo también funcionaron como maternidades clandestinas.
En “El Campito”, las mujeres secuestradas embarazadas fueron obligadas a parir, primero en este centro clandestino de detención y, desde mediados de 1977, en el Hospital Militar Campo de Mayo. Los bebés nacidos en cautiverio fueron separados de sus madres y apropiados por familias relacionadas con los represores del lugar.
Según testimonios, en la Prisión Militar de Encausados fueron vistas mujeres embarazadas y personal de salud del Hospital Militar Campo de Mayo fue llevado al penal para la atención de los partos.
A mediados de 1977, se montó una maternidad clandestina en el Hospital Militar Campo de Mayo. Con el objetivo de no dejar registro de los hechos y para facilitar la apropiación, los partos no eran inscriptos legalmente o se fraguaba documentación. Luego de dar a luz, las mujeres eran separadas de sus hijos y permanecían menos de 48 horas en el sector de Epidemiología. Muchas de ellas continúan desaparecidas. Sus bebés fueron apropiados y, en algunos casos, entregados por personal médico militar a personas vinculadas con las Fuerzas Armadas o al Movimiento Familiar Cristiano para ser dados en adopción ilegítimamente. Testimonios dan cuenta de la participación de miembros de la Iglesia católica en la atención a las mujeres embarazadas y a los hijos y las hijas menores de edad de las personas detenidas-desaparecidas.
El carácter clandestino de estos procedimientos como parte de la práctica sistemática de robo de bebés impide conocer la cantidad de niños y niñas que nacieron en este hospital. Aunque algunas de sus identidades fueron restituidas, aún se trabaja para identificar al resto de las personas nacidas en cautiverio.