La primera vacuna desarrollada íntegramente en la Argentina contra la COVID-19 fue aprobada por ANMAT
Se trata de la vacuna ARVAC “Cecilia Grierson”, un desarrollo liderado por la Universidad Nacional de San Martín, el CONICET y el Laboratorio Cassará, con el apoyo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y el financiamiento de la Agencia I+D+i.
La vacuna demostró ser segura y eficaz como refuerzo contra COVID-19 en mayores de 18 años y ya se produce en la planta de Cassará en la Ciudad de Buenos Aires. Puede adaptarse en cuatro meses a nuevas variantes de SARS-CoV-2 circulantes en la región. Es un hito para la historia de la ciencia y de la tecnología argentina. ARVAC es la primera vacuna que completa todas las etapas de desarrollo, desde la investigación en una universidad pública, la producción biotecnológica industrial y la investigación clínica, hasta la autorización de registro por parte de ANMAT, que se anuncia hoy.
El proyecto fue apoyado por la Agencia I+D+i con un financiamiento por una suma equivalente, a octubre 2023, de $3170 millones de pesos, y fue posible a partir de un consorcio público-privado que contó con más de 600 científicos y profesionales, 25 instituciones y 2.094 voluntarios.
En sus palabras, Filmus felicitó a todos los equipos de trabajo involucrados de todas las instituciones participantes y destacó que “se trata de un día histórico, de un hito para la ciencia y la tecnología argentina luego de tres años muy duros, de mucha inversión pública y de mucha articulación pública y privada. Es la primera vez que Argentina tiene un desarrollo íntegramente propio en vacunas que no solo va a abastecer al mercado local si no que se va a exportar, y que deja una plataforma que va a posibilitar transferir la tecnología para el desarrollo de otras vacunas. Argentina importa vacunas por 500 millones de dólares al año y este desarrollo va a significar un gran paso para sustituir importaciones”.
El ministro de Ciencia señaló “en momentos en los que se discute sobre la importancia de la ciencia en la Argentina y sobre el papel del Estado, este desarrollo demuestra que la inversión sostenida a través de los años en investigación, ciencia y tecnología da lugar a resultados como este. Es la decisión de un Estado y de un gobierno de invertir en ciencia y tecnología y de tener soberanía sanitaria. Queremos decirles a las y los investigadores que reconocemos su esfuerzo y su trabajo y que estamos muy orgullosos”.
Por su parte, la ministra Vizzotti expresó que “se trata de un día histórico. La vacuna representa la posibilidad de tener una herramienta segura, eficaz y de calidad” y remarcó el trabajo de “nuestros investigadores e investigadoras, la importancia del CONICET y el sostén de la Universidad Pública, el compromiso de las provincias, la pasión con la que se hizo el reclutamiento de voluntarios y voluntarias que confían en nuestra investigación y en las vacunas, el Estado presente y la decisión política de un Gobierno para articular con todos los ministerios”.
En ese sentido, Vizzotti felicitó a la ANMAT por “todo el camino que hizo con esta vacuna” que es “un reaseguro enorme para nuestro país y también una puerta de entrada a la región para poder exportarla”. Y concluyó: “Este es el país que nos da orgullo, el país por el que trabajamos y por el que vamos a seguir trabajando siempre”.
El presidente de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), Fernando Peirano, destacó: “En este proyecto se necesitaba saber y creer. Creímos en la idea y supimos cómo apoyarla. La voluntad de hacer algo que nunca antes se había hecho en nuestro país tuvo la mejor recompensa: darle a los argentinos y argentinas una herramienta nueva para cuidarse y crecer. Desde la Agencia cumplimos con dar el apoyo hasta las últimas consecuencias”.
“Apoyamos una excelente idea hasta convertirse en una solución. Pudimos armar el rompecabezas con todas las valiosas partes que tiene la Argentina. Y esta vez, la iniciativa pública si funcionó, abriendo el camino a un gran proyecto donde la ciencia y la producción se combinaron de la mejor forma”.
“Con ciencia de excelencia y el 1% del costo de las vacunas que se compran en laboratorios extranjeros, creamos una capacidad que pocos países tienen, que nos permite resolver problemas conocidos y también estar mejor preparados para enfrentar los desafíos que se presenten a futuro. Una capacidad propia que nos brinda tranquilidad, soberanía y divisas.”
“Existen vacunas basadas en tecnología más innovadoras. Nosotros buscamos ser efectivos antes que originales. El enfoque fue de tecnología conveniente. No siempre se trata de ser el primero en llegar sino de tener la capacidad de recorrer el camino en la dirección y al ritmo que uno necesita. Con esto confirmamos otro avance hacia el desarrollo con impulso propio”, finalizó Peirano.
Juliana Cassataro remarcó que la ARVAC Cecilia Grierson “tuvo desde el inicio del proyecto un fuerte apoyo y financiamiento del Ministerio de Ciencia y de la Agencia I+D+i. Rápidamente se acopló el Laboratorio Cassará. Además de la satisfacción de haber completado todas las fases de una vacuna 100% argentina, nos queda el orgullo de contar con una capacidad instalada y las redes para encarar nuevos proyectos”.
Los estudios preclínicos fueron financiados por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia de I+D+i), mientras que el desarrollo y el escalado industrial del proceso biotecnológico bajo estándares de calidad GMP, así como el estudio clínico de Fase I, fueron financiados por el Laboratorio Cassará. Los ensayos de fase II/III fueron financiados por la Agencia I+D+i, mientras que la producción de un primer lote de la vacuna a riesgo corrió a cargo de Cassará.
El laboratorio Cassará tiene la capacidad de producir el principio activo, formular y envasar la vacuna en sus plantas habilitadas ya en funcionamiento en nuestro país. La capacidad de producción instalada permitirá no sólo abastecer la demanda del Ministerio de Salud que será pagada localmente en pesos argentinos, sino también exportar el excedente a la región generando ingreso de divisas al país.
La noticia es el resultado de tres años de trabajo de una red que aglutina a más de 600 científicos y profesionales pertenecientes a 24 instituciones públicas y privadas.
Encabezaron el anuncio: el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus; la ministra de Salud, Carla Vizzotti; el presidente de la Agencia I+D+i, Fernando Peirano; la líder del proyecto ARVAC e investigadora de la UNSAM y del CONICET, Juliana Cassataro; la presidenta del CONICET, Ana Franchi; el rector de la UNSAM, Carlos Greco; el administrador Nacional de ANMAT, Manuel Limeres, la directora del FONARSEC, Laura Toledo y el titular del Laboratorio Cassará, Jorge Cassará. Asistieron, además, autoridades de organismos públicos, representantes provinciales de ciencia y tecnología y equipos de investigación.
Sobre la vacuna ARVAC-Cecilia Grierson
Se basa en proteínas recombinantes, una tecnología segura que ya se aplica en las vacunas contra la Hepatitis B desde hace más de 20 años o más recientemente, el VPH. Se trata de una tecnología que ha demostrado ser muy segura y robusta, y que permite desarrollar vacunas que se almacenan entre 2 y 8°C (temperatura de heladera). Estas características podrían permitir que las dosis de la ARVAC Cecilia Grierson, a diferencia de las primeras vacunas contra el COVID-19, sean más económicas, fáciles de producir y de distribuir.