Fronteras en Trevelin
Se realizó una nueva edición del programa que, a través de intervenciones artísticas y culturales en zonas fronterizas, busca poner en relieve la importancia política, histórica y cultural de los territorios limítrofes.
El Salón Central Derfel Roberts, de la ciudad de Trevelin, fue el escenario de la tercera edición de Fronteras —un proyecto del Ministerio de Cultura de la Nación que lleva adelante la Secretaría de Gestión Cultural— que a través de intervenciones artísticas y culturales en zonas fronterizas de Argentina, pone en relieve la importancia política, histórica y cultural de los territorios limítrofes y reconoce a las fronteras como parte de un entramado cultural que supera los límites establecidos por la división política.
Trevelin, que quiere decir “pueblo del molino” en galés, está al Noroeste de la provincia de Chubut. Es un típico pueblo patagónico ventoso, con montañas azules nevadas. Son las casas de té con pastelería galesa las que le dan una impronta propia y un aire de otros tiempos, de cuando el pueblo era una colonia galesa. Además, las raíces históricas y culturales de Trevelin se entrecruzan profundamente con Futaleufú que es la comuna chilena fronteriza.
Fronteras, como programa que reivindica las prácticas culturales, los saberes y el sentido comunitario de las zonas fronterizas, propuso espectáculos artísticos con dos jóvenes patagónicas y charlas de difusión y debate. Además, Fronteras se sumó a la conmemoración del 213° aniversario de la Independencia de Chile propuesta por la comuna chilena de Futaleifú.
Una jornada con charlas y música
Durante la mañana se realizaron las charlas abiertas para dar a conocer los programas de fomento a las artes escénicas, la música y las culturas comunitarias de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) para ampliar la información y el acceso a estas políticas públicas en esta región del país. Así, se destacaron algunas de las acciones que lleva adelante el programa Ibermúsicas, como los premios para el sector musical que otorga; y las ayudas para la circulación de la música argentina en el mundo y para la especialización y el perfeccionamiento artístico que brinda.
Por otro lado, el Instituto Nacional de la Música (INAMU) abrió un espacio de conversación acerca del derecho intelectual en la música y contó los proyectos que lleva adelante el Instituto. Luego, se realizó una charla sobre políticas públicas culturales, identidad y federalismo, de la que participaron el secretario de Gestión Cultural, Federico Prieto y la secretaria de Cultura y Educación de Trevelin, Karin Ortiz.
“Fronteras surge a partir de pensar cómo concebimos la cultura y cómo aplicamos políticas culturales. En las zonas de frontera suele haber un intercambio cultural no tan consciente, pero que es muy rico. Hay un ida y vuelta constante, pero como una frontera política que fue impuesta para el nacimiento del Estado, ha segregado esa cultura de frontera y ha impuesto otra forma de relacionarse con el mundo y la cultura. Fronteras busca reivindicar esos intercambios, ese entramado cultural fronterizo. Tratamos de honrar esa frontera y esa identidad porque la cultura va mucho más allá de esa frontera", explicó Prieto al comienzo de la charla.
“Concebimos la cultura de forma amplia, de forma que todos puedan ser entendidos y todos puedan ser parte y que nos entendamos como un gran sistema cultural en cada uno de los rincones de nuestra patria, a partir de nuestras propias diferencias y diversidad cultural, pero que esas diferencias y esa desigualdad también nos permitan igualarnos hacia dónde queremos ir. Y ese es el desafío que tenemos por delante”, cerró Prieto antes de abrir el debate con el público.
Por la tarde, hubo espectáculos de música, teatro y danza para toda la familia. Primero se presentó la obra de títeres Caja llena, del grupo Cambia la Papa. La obra —que forma parte del catálogo del Instituto Nacional del Teatro y está inspirada en los cuentos populares europeos— contó la historia de Pilín y Macana, que por ayudar a una anciana recibieron una caja mágica y cuando la utilizaron se sucedieron una serie de malentendidos.
También se presentó la cantautora barilochense Camila Warner, que interpretó canciones de su disco Sureña, en el que aborda la identidad, la cultura y la política de la Patagonia. "Somos el desierto tristemente conquistado/ somos el silencio más reciente de la historia/ somos el destino más feliz del egresado/somos un verano sin Santiago y sin Nahuel", dijo en su canción “Somos”. El salón, lleno de niños y de familias, aplaudió cada una de las cuecas, las chacareras y otras canciones folklóricas que interpretó Wagner. También hubo lugar para las anécdotas impregnadas de nostalgia por la Patagonia, ya que desde hace algunos años Camila vive en la ciudad de Buenos Aires.
“Hace unos inviernos atrás me pasó que iba llegando a la casa en donde vivo y tuve la sensación de cuando está por nevar, cuando el cielo se pone oscuro, lleno de nubes y hay silencio. Eso no iba a pasar en ese momento, en ese lugar, pero lo curioso es que cuando entré a mi casa sonó el teléfono y era mi mamá desde Bariloche y me dijo que había nevado por primera vez ese invierno. Me quedé pensando cómo a veces cuando nos criamos en un lugar y tenemos conexión con una tierra, por más que pase el tiempo y por más que a veces nos tengamos que alejar, seguimos en conexión con ese lugar”, contó en el escenario antes de presentar su canción La huella blanca, que habla de cómo se presiente la propia tierra a la distancia. “Siempre le estoy escribiendo al Sur”, contó luego reafirmando una identidad que no solo le da nombre a su disco sino que la recorre entera.
El show de cierre estuvo a cargo de la joven guitarrista y acordeonista de Trevelin Maite Guzmán, que subió al escenario con su grupo Maite Guzmán y su estilo campero. Con su boina característica y una energía desbordante, Maite interpretó cumbia, chamamé, vals, la ranchera y fox trox. La joven forma parte de una generación de jóvenes músicas cantoras que interpretan música campera, típica de la zona patagónica. “Estoy muy contenta de estar acá compartiendo mi música con la gente de Trevelin y también de Chile que se ha acercado. Me da mucho alegría y orgullo compartir la música bien típica de acá con los chilenos porque todo el tiempo estamos en contacto con ellos y estamos compartiendo la música y la cultura”, contó Maite.
Los festejos por la Independencia chilena
Al cierre de la jornada se realizó el acto oficial por la 213° independencia de Chile. El Secretario de Gestión Cultural, Federico Prieto participó junto a la subsecretaria de Cultura de Chubut Carla Olivet, el intendente de Trevelin, Héctor Ingram y el Alcalde de Futaleufú Alejandro Avello Bascur.
Como parte de la conmemoración de la Independencia de Chile, también hubo danza con el grupo folclórico Sentimiento Chileno; el Instituto de Danzas KA; el Instituto de Arte Nativo Ayehuen; el Taller Municipal de Malambo y el vals actuado Remembranzas. También hubo música con el Conjunto Folclórico Voces del Sur y se presentaron Jorge Utrera y el Conjunto Folclórico Futaleufú.
La primera edición de Fronteras fue en Posadas, Misiones, y reivindicó el entramado cultural de la frontera entre Formosa y Paraguay. En una jornada colorida hubo cocina con cocineros que recuperaron recetas típicas de la zona fronteriza entre Formosa y Paraguay. Además se exhibieron frutas y verduras de la zona, se realizaron intervenciones escénicas y hubo un espectáculo de clown. En la segunda edición, el programa llegó a la capital formoseña con intervenciones artísticas y un taller para difundir la música formoseña y regional, a través de la formación de artistas formoseños.