La Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género publicó el informe “Jóvenes en movimiento. Las brechas de género en la economía argentina (3er trimestre de 2022)”, el cuarto de una serie de publicaciones sobre el seguimiento de diversos indicadores económicos con perspectiva de género. El documento presenta un panorama de la situación económica de las mujeres al 3er trimestre de 2022, incluyendo un set de indicadores de brechas (de tiempo y cuidados, laborales y de ingresos). En esta edición de la serie, además, se detallan en un apartado específico las características de las brechas económicas para la juventud.

En este período, la tasa de empleo de las mujeres alcanzó 47,1%, 1,3 p.p. más alta que la registrada en el mismo trimestre de 2021. Además, las mujeres jóvenes alcanzaron las tasas de empleo más altas por lo menos desde 2017 en el 2do y 3er trimestre de 2022, de 35,9% en ambos trimestres. La brecha de género fue menor entre las personas jóvenes (11,3 p.p.) que para el total de la sociedad (18,6 p.p.).

Por su parte, las brechas de ingresos se redujeron con respecto al mismo trimestre del año anterior. La brecha salarial fue del 22,7%, 2,6 p.p. más baja que la registrada en el 3er trimestre de 2021. Sin embargo, entre los/as jóvenes, las brechas de ingresos son más pronunciadas: los varones percibieron un salario un 29,9% superior y en el caso de los/as jóvenes asalariados/as informales, la diferencia fue del 30,6%.

Los/as jóvenes representan casi el 25% de la población. En nuestro país viven más de 7 millones de jóvenes, de los cuales 4 de cada 10 se dedican a estudiar, 3 de cada 10 a trabajar de manera remunerada, 1 de cada 10 hace las dos cosas, y 2 de cada 10 no estudia ni trabaja a cambio de un salario. Sin embargo, este dato merece ser interrogado con mayor profundidad ¿Quiénes son estas personas jóvenes que no estudian ni producen ingreso a través de un empleo? El 59,3% son mujeres, entre las cuales 5 de cada 10 reporta ser ama de casa, es decir, llevar adelante las labores de subsistencia de sus hogares. En otras palabras, un tercio de los/as jóvenes llamados “nini” son mujeres que están cuidando a otras personas.

Además, la informalidad laboral es una de las problemáticas que más atraviesa a los/as jóvenes. Esto se debe a que son ellos/as los que se insertan en mayor proporción en las ramas más precarizadas de la actividad económica.

El informe recupera, también, el conjunto de políticas públicas desplegadas de manera transversal por el Estado, destinadas a incluir a los y las jóvenes en el modelo de desarrollo a través de políticas educativas, de empleo, y productivas, entre otras.