Fernando Fader, el pintor que pasó de empresario en ruinas a vivir de su arte
Al cumplirse 141 años de su nacimiento repasamos momentos clave de su carrera, o una historia sobre cuando el talento y la vocación son más fuertes.
“Yo no miro sino como pintor; mis ojos no disponen de otro procedimiento, como si fatalmente tuviese ante ellos un prisma que todo lo rinde en tonos, valores, pinceladas, expresiones. Cuando miro la naturaleza, una piedra, un tronco de árbol, una vaca o un cerdo, lo miro ya pintado, tamizado por mi espíritu pictórico”, dijo Fernando Fader en abril de 1917. Con esa expresión dejaba muy en claro su profunda vocación artística.
Fader llegaba al mundo en 1882, un día como hoy en Burdeos (Francia) en la casa de sus abuelos maternos y también ese año, la familia retornó a nuestro país, para a sus tres años afincarse en Mendoza.
Lo evocamos, con cinco hitos seleccionados para redescubrir y bucear por ciertos hechos clave que marcaron su vida y obra, de la mano de la experta Mabel Mayol -jefa del Área Educativa del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA)-.
1. Con tuberculosis se mudó a Córdoba, vivió en una carpa y encontró " la huerta encantada": su mayor musa y protagonista de su obra máxima
Enfermo de tuberculosis cuando aún era un mal incurable, en 1916 siguió el consejo médico de mudarse a un clima seco y se tomó un tren a Dean Funes. Primero vivió ahí, en un rancho prestado. Luego pasaría sus últimos años en Loza Corral, cerca del pueblito cordobés Ischilín, donde al comienzo vivió en una carpa de lona -al estilo de las usadas por el ejército, con piso de madera- hasta que logró comprar el terreno en el cual viviría y mientras duró la construcción de su casa. Hoy en día ese espacio que fue su casa, es el Museo Fernando Fader ubicado en esa localidad de Córdoba.
Su obra más esplendorosa del paisaje argentino, la creó allí y está desarrollada durante esa época, siendo casi las últimas dos décadas de su vida. El pintor viviría ahí hasta su fallecimiento en 1935.
2. Pésimo empresario, logró salir adelante con su faceta de artista excelso
Su estilo, técnica y temática eran valorados en su tiempo. Fue galardonado con importantes premios y su obra tuvo buena recepción en la crítica e inserción en el mercado.
A la muerte de su padre en 1905, se hizo cargo de administrar la empresa familiar. En 1914 cayó en concurso de acreedores y tal como él dijo: “De toda mi fortuna, la de mi señora, de mi madre y de todos mis hermanos, hasta de algunos empleados míos, no ha quedado sino lo que llevamos puesto…”. Retomó entonces la pintura plenamente y realizó sucesivas exposiciones siendo su amigo el galerista Federico Müller, el interlocutor con sus clientes desde 1916 hasta su muerte. Es decir que se fundió como empresario, pero pudo vivir dignamente de su arte -explica Mayol-.
3. Fader, justiciero: se rebeló contra el sistema y repudiaba el menosprecio institucional hacia los artistas
Una curiosidad que vale la pena rescatar y da cuenta de su personalidad, tanto desde lo solidario así como de su postura crítica. Mayol, cuenta: "En 1914, Fader ganó el Premio Adquisición del Salón Nacional por su obra Los mantones de Manila. Rechaza el premio porque considera que el valor asignado por el Estado para dicho premio constituye la mitad de la cotización de su mencionada obra. Constituye en sí un acto de repudio al escaso apoyo del Estado y de sus instituciones hacia las artes plásticas nacionales. Si bien el museo adquiere otras obras de Fader a lo largo de su vida, es en la exposición póstuma realizada por la Galería Müller en 1935, que el MNBA adquiere Los mantones de Manila, junto con La mazamorra y Al solcito. Así, tras poco más de 20 años de haber sido galardonada, Los mantones... ingresan finalmente a la colección del museo".
4. Fundó una Academia de Pintura y el grupo Nexus: ¿un emprendedor y precursor de su tiempo o qué motivaba esta faceta suya innovadora?
"Crea la Academia de Pintura en la ciudad de Mendoza en 1905, marcando su interés por promover la enseñanza artística local, casi apenas llegado de Alemania tras completar su formación como pintor. Luego en 1907, integra el Grupo Nexus y expone en Buenos Aires junto con Cesáreo Bernaldo de Quirós, Carlos Ripamonte, Pío Collivadino, Alberto Rossi, Justo Lynch y Arturo Dresco. Fader era el ideólogo del Grupo Nexus. Esto lo ubica en un contexto reflexivo y teórico sobre el arte. En este sentido fue muy importante su formación en el ambiente de Munich entre 1900 y 1904, en ese cruce de debates filosóficos y teóricos del arte. Fader advierte la singularidad del paisaje argentino y de su luz. Promueve la identificación de lo nacional con la pintura del paisaje y de quienes lo habitan. En esta frase tomada de la conferencia sobre el arte argentino de 1907, sintetiza su concepción, 'Las raíces y nuestras fuerzas están en cultivar lo propio'", lo responde y argumenta la titular del Área Educativa del Bellas Artes.
5. Una influencia clave para su carrera: la formación con el pintor animalista Heinrich von Zügel, en la Academia de Bellas Artes de Munich
Fader se inició como dibujante pero su formación profesional señalaría un quiebre y es el puntapié en su posterior destacada trayectoria. La especialista nos explica que "fue decisivo el acompañamiento de su maestro Heinrich von Zügel, tanto por el tema de pintura animalista como por ir a pintar al aire libre". Y subraya que en verano se trasladaban a Worth, un pequeño poblado en la costa del Rin Viejo para pintar en la naturaleza. “La observación de los animales en el ámbito rural se traducen con pinceladas de materia generosa que estructuran los cuerpos y captan reflejos sin abundar en detalles; tales características pueden apreciarse en las obras de Fernando Fader, "Caballos en Dachau" y "La comida de los cerdos" dentro de la colección digital del museo”.
Como jefa del Área Educativa del MNBA, Mayol rememora un hito del museo que tuvo a Fader como protagonista. Cierra e invita a seguir redescubriéndolo y profundizando en este artista excepcional. "Fue muy importante la exposición sobre Fader realizada en el Bellas Artes durante 1988, cuyo catálogo con textos de Américo Castilla, Marcelo Pacheco y Ana María Telesca, durante la gestión del director Daniel Martínez, puede consultarse en la Biblioteca del Museo".
También, quienes visiten el museo podrán ver expuestas las tres obras suyas: El corral de las cabras, El pellón negro y Al solcito, como parte de la muestra permanente de la colección del Bellas Artes.
Asimismo están disponibles online 16 obras de este pintor, que integran la colección digital del MNBA.