Presidencia de la Nación

Entramado difuso…todavía

Autoras: Profesora Laura Inés Vicentín, Profesora Natalia Guido y Profesora Silvina Godoy.


Prof. Laura Inés Vicentín: Prof. Universitaria en ciencias de la educación, Prof. de educación especial y Licenciada en educación
Prof. Natalia Guido: Licenciada en Psicopedagogía.
Prof. Silvina Godoy: Licenciada en educación especial, Prof.de educación especial con orientación en DI.

Docentes a cargo de diferentes espacios curriculares del Profesorado de Educación Especial con Orientación en DI. Instituto Superior Goya.

El profesorado de Educación Especial inicia su recorrido en el año 2011 en el Instituto Superior Goya (ISG). De ahí en más con un cursado del espacio curricular de Práctica docente y un sin fin de materias generales y especificas empezamos a transitar el gran desafío de la educación inclusiva.

Un profesorado singular, con peculiaridades propias del campo médico como las neurociencias, de la salud mental, como la psicología, la educación diferenciada, entre otras. Como toda oferta curricular, un plan de estudios que desde sus más íntimas fibras enfatizaba a las palabras integración e interdisciplinariedad, necesarias para el abordaje de la complejidad del sujeto de la educación.

Así fue que, empezando el trayecto formativo sumamos talleres, capacitaciones, nuevas y actualizadas bibliografías, realizamos entrevistas a docentes del área de educación especial y educación común, teniendo como meta fortalecer la carrera y contribuir a mejorar la formación y prácticas de los futuros profesionales.

Desde el interior de la carrera se buscó siempre y pese a los obstáculos que diariamente se iban presentando, mantener una actitud proactiva, innovando en cómo hacer las cosas lo mejor posible, a la luz del objetivo del Diseño Curricular Jurisdiccional (DCJ) del Profesorado de Educación Especial con Orientación en Discapacidad Intelectual.

En medio de todo ello, debimos como educadores, atravesar situaciones comunes a toda formación superior procurando acortar la brecha de los conocimientos de estudiantes noveles y adaptarlos paulatinamente a las exigencias que implican la formación docente, buscando así empatizar con los ingresantes que tomaron la decisión de elegir esta noble carrera y el compromiso de culminarla. Fue entonces que reunión tras reunión, acuerdos y desacuerdos, pensamos y repensamos aún hoy, estrategias, recursos y medios para garantizar el derecho a la educación de todos y todas.

En este ir y venir, donde la integración no solo se pensó en términos de educación para la discapacidad, sino también como forma de conocer y actuar. Integración también de contenidos dados, que aprendidos de manera significativa aportarían al futuro docente la posibilidad de ampliar su mente, transformarse y transformar la realidad, entendiendo a la carrera como un todo unificado y no como materias aisladas que se debían aprobar. Aprendimos y enseñamos a pensar críticamente y reflexionar sobre las prácticas, a elaborar diversos y creativos materiales didácticos con recursos reutilizables, adaptados a cada necesidad que tenían la intención, en menor o mayor medida de ser nexo entre el contenido y el estudiante.

Pudimos abrirnos a la comunidad, salir del aula y mostrar de lo que somos capaces. Nos descubrimos maravillados de las respuestas de los niños/as ante los talleres y actividades, les enseñamos, nos enseñaron y aprendimos juntos/as cómo trabajar con la diversidad.

Han pasado ya, 11 años de ese inicio, lleno de expectativas y a la vez de temores. Temores que nos llenaban la mente de dudas y preguntas sobre ¿qué tanto podían abrirnos las puertas las instituciones escolares comunes, las especiales, así como otros espacios formativos como los centros dedicados a la atención de personas con discapacidad de la localidad?

Preguntas que se fueron respondiendo en el camino y miedos que se fueron disipando junto con las prácticas y experiencias de diálogo, acuerdos y comunicaciones efectivas entre todos aquellos que deseábamos que el mundo sea un lugar mejor. A medida que fuimos sumando experiencias y testimonios sobre cómo pensar a la integración, llegamos al punto de creer y recrear algo más abarcativo: la inclusión.

Al inicio de este comenzar a hacer camino, la documentación propuesta para el profesorado fue básicamente referida a integración, siendo la palabra inclusión como casi un sinónimo. Transcurrida la mitad de esta formación inicial, por la que ya han transitado más de diez cohortes empezamos a visualizar gratamente, otros aconteceres, otros escenarios. En ellos detectamos una estructura muy bien sistematizada acerca de la integración y sus modos.

Sin embargo y al parecer, siguiendo a autores de renombre, dedicados a la inclusión en otros espacios formativos, nos encontramos en una realidad: el concepto inclusión NO está del todo visibilizado en la comunidad educativa.

Entiéndase por…inclusión educativa a “un proceso, una búsqueda permanente de responder de la mejor manera a las diferencias, identificando y removiendo barreras, obstáculos al aprendizaje y a la participación, tratando de hallar la mejor manera de eliminarlos” (Booth y Ainscow, 2002).

Desde allí partimos para describir algunos factores que contradicen dicha definición:

  • Currículo único. Hasta el momento solo observamos una parte que se halla el proceso adaptativo permanente: el estudiante es el que está habilitado, hoy a través de la educación especial para construir aprendizajes comunes a todos, pero con adaptaciones a una única planificación curricular.

Esta planificación no incorpora contenidos propios de dichas particularidades, como ser bilingüismo, costumbres, caracterización geográfica, cultural e histórica diversa, proveniente de los grupos étnicos que constituye el aula, por ejemplo. Solo observamos casos aislados donde se promueve dicha intervención, pero no es una propuesta institucional sostenible.

  • No hay ensamble de contenidos contextualizados y contenidos prioritarios. Hoy sólo van a la par.

  • El rol del docente integrador a la par del docente común en la mayoría de los casos.

Aquí aparece el tan escuchado término “pareja pedagógica” como la forma más certera para describir al vínculo que debe desplegarse entre el docente a cargo del aula y su par, el docente integrador. Lo cierto es que este ideal no siempre ocurre, algunos docentes todavía expresan cierta resistencia para compartir los quehaceres áulicos y entregar documentaciones tales como carpetas didácticas, planificaciones en general y evaluaciones. Lo cierto es que sería injusto generalizar esta situación que no es representativa de todos los casos, por el contrario, es más habitual encontrarse con colegas que facilitan la tarea.

  • El desconocimiento acerca de una acción inclusiva es RELEVANTE. El entendimiento de que la diversidad es un hecho que habita en el aula y que la inclusión es la forma más efectiva de abordarla y obtener, a partir de ella, experiencias significativas para todos los actores educativos involucrados.

  • La dificultad para articular el nivel primario con las exigencias del nivel secundario.

Durante años el nivel secundario permaneció como un campo de acción desconocido, al que muy pocos estudiantes con discapacidad podían acceder. El avanzar de los años y la creciente demanda generó la apertura de cargos específicos, que bajo la denominación de profesores de apoyo a la inclusión (Gestión de la Dirección de Educación Especial de la Provincia de Corrientes) habilitaron el acompañamiento y seguimiento a aquellos alumnos que por diversas situaciones no contaban con el apoyo de profesionales/equipos externos.

Por ello y para ello, entendemos que podría pensarse en una línea de acción institucional superadora por medio del andamiaje que ofrece a la formación docente espacios curriculares como pedagogía, didáctica, filosofía, etc. para fortalecer el sentido del término inclusión, siguiendo la definición precedente de la misma.

En la institución de formación docente y técnica que nos nuclea en las diversas asignaturas , desde hace más de una década se está iniciando un proceso de cambio metodológico, de visión y de misión de lo que se entiende por práctica docente y de práctica pedagógica tratando de generar cambios en las prácticas institucionales, tanto al interior de la misma como de las existentes en la localidad y localidades cercanas, a través de diversos dispositivos: conferencias itinerantes, talleres y conversatorios destinadas a los equipos docentes y directivos de las instituciones asociadas habilitando desde la fundamentación socio pedagógica y política sobre las propias prácticas de la enseñanza pensadas y planificadas atendiendo a las heterogeneidades en el aula en todos los niveles del sistema educativo.

La inclusión educativa está para quedarse en la cotidianidad de las aulas, lo iluso es pensar que con sólo “saber” acerca de esto, se podrá dar un giro de 360 ° a toda una estructura construida sobre las bases de la uniformidad.

Dicha descripción impacta, por supuesto que moviliza a cualquier lector, pero no debe en consecuencia paralizarlo sino potenciar las condiciones de la formación docente- a la conducción como al cuerpo docente-: adaptabilidad, apertura, autogestión y ciencia, entre otras. Sin estos recursos, y a la vez mucho de empatía, el proceso, inclusive, podría dar pasos involutivos.

La hospitalidad es una condición inherente a la raza humana, pero conviven demonios socio éticos implícitos en ese deseo de albergar, ante el temor a hospedar a aquel, (que, por ser distinto a mí, aunque a su vez peculiar y único, y del universo crédulamente pensado como constituido por iguales), debe permanecer en su sitio, distante, por cierto.

Como formadores, concluimos procurando que nuestras humildes reflexiones permitan a todos aquellos docentes, profesores, directivos, gabinetistas, educadores populares, pedagogos, funcionarios comprometidos, académicos, investigadores, estudiantes, padres, futuros profesionales, a que no se resignen ante la desigualdad y la injusticia. Y de esta forma podamos seguir trabajando por una educación de más y mejor calidad.

Cita Bilbiográfica

BOOTH, T. & AINSCOW. M. (2002): Index for inclusion (2nd ED). Developing leaning and participation in schools (2ªed). Manchester: CSIE [trad. Guía para la evaluación y mejora de la educación inclusiva. Madrid: Consorcio Universitario para la Educación Inclusiva: [email protected].

Activar: 
0
Scroll hacia arriba