Se designó al Centro de Experimentación y Lanzamiento de Proyectiles Autopropulsados, con el nombre del Brigadier General Bartolomé de la Colina, pionero del desarrollo aeronáutico
A través de una resolución firmada por el ministro de Defensa, Jorge Taiana, se resolvió designar al Centro de Experimentación y Lanzamiento de Proyectiles Autopropulsados, ubicado en Chamical, provincia de La Rioja, con el nombre del Brigadier General Bartolomé de la Colina, en reconocimiento a su contribución en el desarrollo de la Fuerza Aérea y a su rol destacado en la historia militar argentina.
El brigadier de la Colina inició su carrera en el Ejército el 21 de diciembre de 1915, al egresar del Colegio Militar de la Nación con el grado de subteniente; luego orientaría su carrera hacia la aviación, al incorporarse como teniente en la Escuela Militar de Aviación de El Palomar, en 1921.
Durante toda su vida militar, la que culminaría con su pase a retiro en 1949 con el grado de brigadier mayor, se mantuvo a la vanguardia de los desarrollos tecnológicos referidos a la aviación militar, con un gran profesionalismo, reconocido por sus pares.
Entre los considerandos de la resolución de destaca “su legajo personal que da cuenta de una dilatada carrera profesional”, y “se reconoce su contribución a la Fuerza Aérea, y su rol destacado en la historia militar argentina, por lo que resulta particularmente significativo realizar este homenaje en La Rioja, la provincia de su nacimiento”.
Durante su vasta carrera cumplió diversas funciones, entre sus destinos se cuenta su paso por la Fábrica Militar de Aviones de Córdoba; y luego como Secretario de Aeronáutica, condujo a la Fuerza Aérea recientemente organizada como fuerza armada independiente, creando las instancias administrativas y operativas necesarias para su funcionamiento.
Durante su gestión se crearon Líneas Aéreas del Estado (LADE); el Instituto de Medicina Aeronáutica (actual Instituto de Medicina Aeronáutica y Espacial – INMAE); y el
Servicio de Meteorología Aeronáuticas, entre otros organismos de apoyo a la actividad aérea.
Además, en su administración se construyeron en el país los aviones I.Ae. 24 Calquín; I.Ae. 27 Pulqui I; y el I.Ae. 30 Ñamcú, a la vez que se adquirieron en el exterior los Gloster MK IV Meteor, los Avro 683 BMK I Lancaster, los Avro 694 BMK II Lincoln, los helicópteros Sikorsky S-51, los Fiat G 46 4B y los Percival P 40 Prentice T 1. Iniciativas todas que contribuyeron tempranamente a la creación de una Fuerza Aérea moderna, equipada y adiestrada de primer nivel. Se hizo fomentando la industria nacional y al mismo tiempo explorando las ventajas que había en el exterior para conseguir esas aeronaves de vanguardia.