Hipólito Yrigoyen: impulsor de las elecciones libres
A 170 años del nacimiento de Hipólito Yrigoyen, recordamos al líder radical por medio de su obra y objetos conmemorativos que se encuentran en el Instituto Nacional Yrigoyeneano.
El 12 de julio de 1852 nació en Buenos Aires Juan Hipólito del Sagrado Corazón de Jesús Yrigoyen, el hijo mayor de cinco hermanos concebidos por Marcelina Alem, hermana del fundador de la Unión Cívica, y su padre Martín Irigoyen Dodagaray, un comerciante de origen vasco francés. Comenzó sus estudios en el Colegio San José y finalizó el secundario en el Colegio de la América del Sud. Se graduó como abogado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y desde muy joven incursionó en la política. Fue Comisario de Balvanera (1872-1877), Diputado Provincial (1878-1880), Administrador General de Sellos y Patentes (1880) y Diputado Nacional (1880-1882). Entre 1880 y 1905, se desempeñó como profesor de Historia Argentina, Instrucción Cívica y Filosofía en la Escuela Normal de Maestras, y donó sus salarios a la Sociedad de Beneficencia con destino al Hospital de Niños y al Asilo de Niños.
En 1890 integró la Unión Cívica, fundada por su tío Leandro Alem, Aristóbulo del Valle, Bernardo de Irigoyen y Bartolomé Mitre, y en julio de ese año participó en la Revolución del Parque reclamando por la moral administrativa y el libre sufragio. Un año más tarde, fundó la Unión Cívica Radical (UCR), presidiendo el Comité de la provincia de Buenos Aires. En 1893 organizó otra revolución, reclamando que se convocara al pueblo a elegir libremente su gobierno. Tras oponerse a las tendencias que procuraban acercar a la UCR con el gobierno conservador, disolvió el comité bonaerense. De este modo, en 1904 refundó el radicalismo y al año siguiente condujo una nueva revolución que tampoco prosperó, razón por la cual decidió exiliarse.
Hasta que en 1910, mediante tratativas con el entonces presidente Roque Sáenz Peña, logró la sanción de la reforma electoral que consagró el voto universal, secreto y obligatorio. En 1916 se realizaron las primeras elecciones presidenciales bajo el amparo de la nueva ley electoral, ganando las elecciones que puso fin a una hegemonía conservadora de más de 40 años. Su gobierno tomó una marcada línea nacionalista. Entre las medidas adoptadas en el ámbito internacional, en 1918 repatrió el oro argentino depositado en Londres (14 millones de pesos oro), no tomó nuevos empréstitos, redujo la deuda externa en 225 millones de pesos oro y destinó un importe semejante a aumentar las reservas. Además de frustrar en 1921 un proyecto legislativo de abrir la Caja de Conversión para decretar la libre exportación de oro, evitando la fuga del metal.
En el campo social, sancionó reglamentaciones para proteger a los campesinos y creó cajas jubilatorias para empleados públicos. Dictó medidas para que la Argentina controlara sus transportes, yacimientos energéticos y su propia moneda. Reguló las tarifas de los ferrocarriles operados por capitales británicos, a la vez que se creaban líneas férreas estatales. El estallido en 1918 del movimiento estudiantil de Reforma Universitaria fue apoyado por su gobierno, tomando una serie de medidas a favor de los reformistas. En 1922 fundó Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), una empresa estatal destinada a explotar las riquezas petroleras del país. Pese a las iniciativas que favorecieron a sectores obreros y medios, su mandato se vio manchado por tres tristes acontecimientos: la Semana Trágica, la Forestal y la Patagonia Rebelde, con gran cantidad de obreros muertos a manos de las fuerzas de seguridad al momento de reprimir.
En su segunda presidencia (1928-1930), reafirmó y consolidó los principios de su anterior mandato en resguardo del patrimonio nacional, por medio de la nacionalización del petróleo y la defensa de los intereses populares. En lo internacional, sostuvo el ideario de hermandad entre las naciones y de no beligerancia. Yrigoyen se propuso desarrollar una política económica que defendiera los intereses nacionales y una política social para amparar a los más desprotegidos. Se fundaron 1.700 escuelas y logró algunas leyes previsionales. Pero debió enfrentar el hostigamiento continuo de las fuerzas conservadoras que no podían derrotarlo en las urnas. Además, a fines de octubre de 1929 se produjo la caída de la Bolsa de Nueva York que sumió en una crisis económica a todos los mercados del mundo y también a la Argentina. No pudo terminar su segundo mandado, ya que fue derrocado el 6 de septiembre de 1930 cuando se produjo el golpe de Estado liderado por el general José Félix Uriburu.
Tras el golpe de Estado fue despojado de sus riquezas como estanciero y fue confinado a la isla Martín García, en donde compartió presidio con varios presos políticos. El 20 de febrero de 1932 finalizó la dictadura y también el cautiverio de Yrigoyen. Un día antes, Uriburu dispuso su libertad, después de firmar un indulto en su favor, que el presidente derrocado rechazó con una presentación en la Justicia. Esa misma noche lo embarcaron rumbo a Buenos Aires donde debió permanecer con arresto domiciliario. Falleció en Buenos Aires el 3 de julio de 1933 y su entierro fue una de las manifestaciones espontáneas más masivas y sorprendentes de la historia argentina.
Patrimonio histórico
El Instituto Yrigoyeneano fue creado el 1° de junio de 1948 con el objeto de estudiar y difundir la vida y obra de Hipólito Yrigoyen, apartado de los problemas de la militancia partidaria, en los que no estuvieran en juego los principios doctrinarios de la UCR. Y en 2005 por Ley 26.040 se creó el Instituto Nacional Yrigoyeneano como continuación del Instituto Yrigoyeneano con la misión de promover la investigación y los estudios historiográficos, filosóficos, sociales, jurídicos y políticos referidos a la acción pública y privada del Dr. Yrigoyen y su época. Si bien en la actualidad su sede se encuentra en plena mudanza, su patrimonio conserva objetos significativos de la historia que remiten a la vida y obra del líder radical. Entre ellos el bastón de madera en cuyo mango aparece el retrato de Yrigoyen. Fue realizado bajo la técnica de talla sobre madera y en su empuñadura se reproduce una caricatura del rostro de Yrigoyen que fuera publicada en las revistas de su época. El bastón fue donado en el año 2000 por el expresidente del Instituto, Miguel Ángel Espeche.
Otro de los objetos representativos es el vaso que muestra el retrato de Yrigoyen con banda presidencial realizado en 1916, un recipiente moderno de material acrílico duro estampado con su imagen producido con posterioridad a que asumiera la presidencia como souvenir de la UCR. También se encuentra el medallón con retrato en bajorrelieve de Yrigoyen, con la particularidad de consignar el período completo de ambos mandatos constitucionales. El mismo fue confeccionado al inicio de la segunda presidencia, desconociendo que sobrevendría el golpe de 1930. En texto dice: “IRIGOYEN (en relieve) 1916-1922 1928-1934” (grabado) Firmado abajo a la derecha: “NEVOT” y a la izquierda: “MARTI” (grabado).
Según Diego Alberto Barovero, abogado y presidente del Instituto, "La obra de gobierno de Yrigoyen es abrumadora para cualquier análisis: más de tres mil escuelas, el analfabetismo descendió al 4%, impulsó la Reforma Universitaria que significó la democratización de los claustros y la libertad de cátedra, fundó YPF y propugnó la nacionalización del petróleo". Y agregó: "Al momento de su derrocamiento por el primer golpe militar de nuestra historia en 1930 el producto bruto de nuestro país era el 50% de toda Sudamérica. Lo más sustantivo del pensamiento de Yrigoyen sobre todo en cuanto a la conformación de un proyecto de Nación democrático y reformista fue incorporado a las ideas políticas argentinas más allá de las parcialidades partidarias y por eso su vigencia está fuera de debate".
Fuente: Instituto Nacional Yrigoyeneano