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"Porno brujas" o la relación de las mujeres con el cine para adultos

Si bien desde la publicación del ensayo feminista de Virginie Despentes, Teoría King Kong (2006), hasta la actualidad han habido progresos y cambios, la lucha por la deconstrucción y la igualdad continúa en marcha y cada vez más. Al respecto, la actriz Eleonora Wexler y la directora Corina Fiorillo —convocadas por el Teatro Nacional Cervantes para darle forma al fragmento Porno brujas— nos cuentan más sobre los desafíos a la hora de interpretar un texto tan complejo como interesante y disruptivo.

Luego de sus dos primeras puestas en 2020 y 2021, el Teatro Nacional Cervantes (TNC) dio comienzo a la tercera temporada de la obra Teoría King Kong, basada en el ensayo feminista de la autora francesa Virginie Despentes. Coordinado por Alejandro Maci, se trata de un conjunto de fragmentos del texto ensayístico —Porno brujas; Chica King Kong; Durmiendo con el enemigo, e Imposible violar a esta mujer llena de vicios— que se presentan los viernes y sábados en la explanada de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno (Agüero 2502, CABA).

En cada una de ellas, distintas actrices y directoras son las encargadas de darle forma escénica al ensayo de Despentes que, desde su publicación en 2006, sigue dando de qué hablar.


Foto: Mauricio Cáceres.

En el caso de Porno brujas, la autora se mete de lleno sobre el género cinematográfico para adultos, y la construcción y relación que se da entre este y los hombres y mujeres consumidores. “Aquello que resulta excitante a menudo es socialmente molesto. (...) Pocos son aquellos y aquellas capaces de asumir en público lo que los pone a cien en la vida privada. (...) Porque la imagen que ello da de mí es incompatible con mi identidad social cotidiana”, expresa Despentes quien, además de escribir, es realizadora y directora de cine.

A partir de allí, comienza a reflexionar sobre las distintas aristas y vaivenes históricos, sociales, culturales, e incluso económicos y de clase, que evidencian ciertas diferencias en las subjetividades e identidades, que supone el acceso y consumo del porno por parte del público masculino y femenino. Si bien desde la publicación del texto hasta la actualidad han habido ciertos progresos y cambios, la lucha por la deconstrucción y la igualdad sigue en marcha.

Al respecto, la actriz Eleonora Wexler y la directora Corina Fiorillo —convocadas por el TNC para este fragmento en particular de Teoría King Kong— nos cuentan más sobre la cuestión y los desafíos a la hora de interpretar un texto ensayístico, tan complejo como interesante y disruptivo.


Foto: Mauricio Cáceres.

-¿Cómo surgió la oportunidad de hacer en el Cervantes uno de los textos de Teoría King Kong?

-Corina Fiorillo: A mí me llega el material a través de la entonces gestión de Sebastián Blutrach. Con Eleonora Wexler, hacía rato que veníamos con ganas de enfrentar un desafío juntas. Somos amigas, nos queremos, nos admiramos mutuamente en el sentido del afecto, de la vida y, obvio, de la profesión. Por lo que sé, Eleonora pidió que yo dirigiera. A mí me llamó Romina Chepe, cuando ocupaba la coordinación de contenidos artísticos y de producción del Cervantes, y quedé fascinada. Me acuerdo de que estaba de vacaciones y leí el texto en la playa. Antes había leído fragmentos del libro, hace mucho tiempo. Conocía el material y también la experiencia, porque Soledad Silveyra la había hecho antes de la pandemia. Y me fascinó cómo había resultado. Entonces, a través del comentario de Soledad, de cómo había resultado la experiencia, de la alegría que me dio la convocatoria del Teatro Nacional Cervantes y de hacer algo con Eleonora, me pareció muy valioso poner un texto como este en escena. Y hacerlo en un formato popular como es este ciclo, que sea atravesado por diferentes actrices, directoras, que cada una logre su manera de llegar a la gente. Creo que poner en mesa de debate cotidiana este tipo de materiales es absolutamente maravilloso.

-Eleonora Wexler: La propuesta me había llegado desde el Teatro Nacional Cervantes en 2020. Me pareció alucinante. La había visto con Andrea Bonelli justo para Porno brujas, la misma parte en la que me convocaron también. Para mí era un pendiente, quería que me convocaran para hacerlo, ya que me parecía que era un texto disruptivo, interesante, de reflexión. La verdad es que la dos veces que la vi en el Cervantes, sobre todo la primera cuando todavía no había pandemia, fue una fiesta.


La actriz Eleonora Wexler y la directora Corina Fiorillo. Foto: Mauricio Cáceres.

-En relación con la interpretación en escena y teniendo en cuenta que se trata de un texto ensayístico, ¿qué diferencias hay con los textos de ficción en cuanto al trabajo actoral? ¿Se trata de otro tipo de preparación/interpretación?

-CF: Lo extremadamente difícil de este material es que, como bien decís, es un texto ensayístico. A un texto ficcional, de alguna u otra manera, lo atraviesa una trama. En este caso, se trata de un texto ensayístico en el que hay fragmentos que hablan de la investigación y otros que se abordan desde la experiencia propia. Entonces, en algunos momentos tiene algo casi de biodrama y también tiene algo de exponer una teoría de investigación de la autora. En este sentido, fue un enorme desafío encontrar la teatralidad para que este material llegue de una manera más sencilla. Nosotros lo que hicimos fue dividir el material en bloques y, a cada uno de ellos, lo atravesamos con un contenido para que entramara una poética determinada, con la luz, con la música, etc. Cada uno de esos bloques habla de algo en particular. La autora tuvo bien en claro cómo fue dividiendo los temas sobre los que gira. Nosotros le dimos un contenido teatral a cada bloque y establecimos muchas diferencias, porque creemos que las tiene entre un bloque y otro. También armamos una dualidad de diferencias cuando Despentes hace un discurso desde sí misma, confesional, por decirlo de alguna manera, y cuando hace una exposición de investigación. Entonces, también diferenciamos esas dos áreas.

-EW: Sí, teniendo en cuenta el texto, es otro tipo de preparación, es otro tipo de trabajo. Esto tuvo mucho que ver con la dirección que hizo Corina Fiorillo, que me encantó porque lo que decidimos hacer, salvando las distancias, fue una especie de recital, algo como lo que hace Laurie Anderson, por ejemplo. El espacio de la Biblioteca Nacional, claramente, también supone otra cosa de lo que es un teatro. El de la Biblioteca es un espacio al aire libre que está buenísimo, pero tiene que ver más con un recital que otra cosa. Se trata de una propuesta completamente distinta, muy atractiva y muy diferente desde el lado actoral porque no hay un personaje. O mejor dicho, en relación con la autora, es armarle un poco el mundo. Pero el trabajo es distinto, sino se necesitaría mucho más tiempo para profundizar esta teoría King Kong que es tan profunda en todos los sentidos.

-Acerca de la obra en cuestión, ¿creen que todavía el porno es cosa de varones? ¿Continúan las resistencias culturales entre ellas y el cine para adultos?

-CF: Creo que ya no es como hace quince años, por suerte. Desde ese momento en adelante, el feminismo ha hecho un avance gigantesco con respecto al rol de la mujer en todo sentido. Pero creo que todavía sí está el control económico, las grandes empresas que producen, los centros de distribución, los canales de venta, etc., con un tinte masculino de apropiación. Todavía igualmente no hemos logrado por completo la igualdad que necesitamos, pero estamos cada vez un poquito más cerca. Por otra parte, creo que no hay tanta resistencia cultural en este momento, entre la mujer y un cine porno. En ese sentido, como decía, la revolución feminista ha hecho un terreno fértil para el camino que, sin dudas, va a seguir continuando.

-EW: Hay que pensar que este texto fue escrito en 2006. Es decir, pasaron quince años. Ahora, de hecho averigüé, ya hay porno hecho por mujeres. Hay cosas que se modificaron. No sé qué pasa con el porno más clásico, pero creo que hay una visión mucho más feminista del porno. No lo sé en profundidad porque no lo he estudiado, pero lo sé simplemente porque, en relación con estos fragmentos que interpreto de este monólogo Porno brujas, me pareció muy importante el contexto. Como decía, es un texto de 2006 y no es lo mismo que lo que sucede hoy, en 2022.


Foto: Mauricio Cáceres.

-¿Coinciden con Virginie Despentes sobre la democratización del goce y el placer? ¿Al patriarcado le molesta esa libertad femenina? ¿Supone un peligro para ciertos sectores?

-CF: Coincido con que el goce y el placer es cosa de cada uno, como bien lo dice la autora: “Lo que hice con mi cuerpo siempre fue cosa mía”. Coincido plenamente con eso, en que al patriarcado le molesta la libertad femenina y en que es un peligro para ciertos sectores; aquellos sectores que todavía están agarrados de un pasado patriarcal y que, inevitablemente, va a cambiar. Es como cuando viene una ola en el mar: es inevitable. En ese sentido, creo que estamos en un buen camino y que tenemos que seguir estándolo. Por eso es tan importante debatir materiales como este, en un sentido popular.

-EW: Claramente, todavía hay un largo camino para recorrer. Creo que se han ganado muchas cosas, en el terreno de la mujer, en cuento al goce, el placer, la libertad sexual. Y sí, le sigue molestando al patriarcado cuando una mujer se muestra más deseante que deseable, como dice la autora.

-En ese sentido, ¿piensan que la estigmatización entre el porno y las mujeres tiene que ver con una cuestión de clase social? ¿A las mujeres de clase alta se les perdona más que al resto?

-CF: La clase social también interviene, pero no sé si el estigma del porno y las mujeres tiene que ver con eso exclusivamente. Que a las mujeres de la clase alta se les perdona más consumir este tipo de género, creo yo, que es porque se les perdona muchas cosas que a las mujeres de clase baja. Es más sobre la clase en sí que sobre el porno en cuestión. La mujer de clase alta siempre puede hacer más lo que quiere porque, antes que nada, antes que ser mujer —como bien lo dice Despentes—, es una dominante social. Sobre eso, la autora ejemplifica con el caso de Paris Hilton. Cuando Paris Hilton se mete en el negocio de la prostitución nos pone sobre los ojos que, antes que nada, es una dominante social, más que una mujer haciendo porno. No tiembla porque un hombre la vaya a dañar, no tiene miedo de eso. Ahí se discute, entonces, otro tema: todo lo que pertenece a una clase dominante ya excede el género y un montón de desigualdades del género, más allá de las propias desigualdades de género que ya existen.

-EW: Todo tiene que ver con una cuestión de clase social. Absolutamente, porque manejan el poder. Tiene que ver, claramente, con el manejo del poder.

-Para quienes vayan a ver la obra, ¿qué cosas tener en cuenta para disfrutarla más?

-CF: Lo importante creo que es entregarnos a escuchar, a dialogar sobre un material que se atreve a decir las cosas que pensamos, que nos cuenta un poco de una parte de la historia que no sé si todos sabemos o conocemos: la historia de cuando se empieza a prohibir el cine porno o los controles de la industria, etc. Como en cualquier espectáculo, hay que venir con ganas de escuchar, de abrirse y pasar un hermoso momento. Y, en este caso, abrirse para pensarnos a nosotras, las mujeres, desde un lugar universal, porque todos estamos metidos en la misma bolsa, como también dice la autora. Igualmente, no se trata de un espectáculo solo para mujeres, es para que todos pensemos las cosas desde un ángulo un poquito mejor armado y un poquito mejor hecho. Creo que es hermoso venir a ver la obra en grupo, debatirla y comentarla a la salida. No es una obra con trama teatral, sino un evento que tiene que ver más con lo performático y con poner en discusión un tema muy necesario.

-EW: Lo interesante es dejar que el texto te sorprenda. Creo que es un texto complejo y si ya se tiene un poco más de idea de lo que se va a ver, creo que se va a poder profundizar más. Si no, tal vez, uno se pierda de muchas cosas. En mi caso, no conocía el texto y la primera vez que fui a ver la obra, me quedé con ganas de más, de profundizar más. De hecho, cuando la vi con María Onetto, había cosas que ya me resonaban porque ya la había visto. Entonces, si no hay mucha idea de qué se va a ver, va a ser más complejo para profundizar y entender cuál es el lenguaje y el mensaje. En cambio, si hay más idea, te podés dejar sorprender por la puesta, de qué manera llega el mensaje y se puede profundizar mucho más.

Próximas funciones de Porno brujas del Teatro Nacional Cervantes, en la explanada de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno (Agüero 2502, CABA):
FEBRERO: viernes 4 y sábado 5 a las 22 h. Domingo 6 a las 21:30 h.

Otras funciones de Teoría King Kong:

CHICA KING KONG
Dirigida por Barby Guamán.
Protagonizada por Susy Shock.
Enero: Domingo 30 a las 21:30 h.
Febrero: Viernes 11 y sábado 12 a las 22 h. Domingo 13 a las 21:30 h.

DURMIENDO CON EL ENEMIGO
Dirigida por Victoria Roland.
Protagonizada por Valeria Lois.
Músico en escena: Felipe Barrozo
Febrero: Viernes 18 y sábado 19 a las 22 h. Domingo 20 a las 21:30 h.
Marzo: Viernes 4 y sábado 5 a las 22 h. Domingo 6 a las 21:30 h.

IMPOSIBLE VIOLAR A ESTA MUJER LLENA DE VICIOS
Dirigida por Graciela Camino.
Protagonizada por Cristina Banegas.
Febrero: Viernes 25 y sábado 26 a las 22 h. Domingo 27 a las 21:30 h.
Marzo: Viernes 11 y sábado 12 a las 22 h. Domingo 13 a las 21:30 h.

Las piezas de Teoría King Kong se presentará los viernes y sábados a las 22 h y los domingos a las 21:30 h hasta el 13 de marzo en la explanada de la Biblioteca Nacional, Agüero 2502 (CABA). Las entradas son gratuitas y se podrán reservar dos ubicaciones por persona por Alternativa Teatral el domingo previo a cada función. El ingreso a la platea de la explanada se realizará con el protocolo que rige para la actividad teatral.

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