Invasiones en áreas marinas costeras
Invasiones en áreas marinas costeras
Los puertos funcionan como nodos o sitios de intercambio de especies por excelencia. En ellos se concentra la mayor parte del comercio nacional, regional e internacional. Desde tiempos históricos, cuando las embarcaciones comenzaron a moverse, miles de especies se transportaron de una costa a la otra atravesando océanos que de otra manera les hubieran sido infranqueables. Así, las especies se han movido globalmente, tanto de manera intencional como accidental, viajando como polizones en los cargamentos, en el agua de lastre o como incrustantes en el casco de las embarcaciones. Muchas de esas especies exóticas han sido exitosas en los nuevos ambientes, llegando incluso a alterar nuestra percepción de los paisajes naturales.
Las especies exóticas invasoras generan una variedad de impactos sobre la biodiversidad. En Argentina se estima que solamente en las áreas marino-costeras hay más de 100 especies exóticas, muchas de las cuales fueron catalogadas como agresivas y han generado impactos negativos irreversibles.
Algunas invasoras y sus impactos
- Alga wakame (Undaria pinnatífida): es una especie originaria de Japón, que fue detectada en Argentina en el año 1992. Existen datos que confirman su presencia desde Mar del Plata, Buenos Aires, hasta Puerto Deseado, Santa Cruz. Por su gran tamaño y tasa de crecimiento es capaz de desplazar a otras especies de algas nativas y afectar negativamente a los peces de arrecife y comunidades de organismos del fondo costero, disminuyendo su abundancia. Afecta aproximadamente 1800 km de la costa argentina interfiriendo con las actividades subacuáticas, la pesca y el uso de las playas. En el verano produce un impacto negativo en el turismo –uno de los principales motores económicos de la región– debido a la gran cantidad de algas que se depositan en las playas en cada marea.
- Papa de mar globosa (Molgula manhattensis): es nativa de la costa este de Estados Unidos y fue registrada por primera vez en Mar del Plata en 1962. Actualmente se la puede encontrar también en San Antonio Este, Comodoro Rivadavia y Puerto Deseado. Crece sobre ostras, afectando la calidad y magnitud de la producción de los cultivos costeros. También puede crecer abundantemente sobre el casco de los buques, aumentando el consumo de combustible durante la navegación. Su rápido crecimiento provoca que se formen varias capas de individuos creciendo sobre el sustrato.
- Ostra japonesa (Crassostrea gigas): es una especie introducida mundialmente con fines comerciales. En Argentina fue introducida intencionalmente y sin autorización en la Bahía San Blas, provincia de Buenos Aires, en 1982. Además se la puede encontrar en el Balneario el Cóndor y Bahía Blanca. Las ostras modifican el ambiente costero que invaden, cambiando la disponibilidad de sustrato para otras especies de plantas y animales. En Argentina se han realizado pocos estudios dirigidos a entender el impacto causado por la Crassostrea gigas sobre las comunidades nativas.
- Babosa de mar moteada (Pleurobranchaea maculata): es una especie nativa de Nueva Zelanda y Australia, registrada por primera vez en Argentina en octubre de 2009 en el puerto de Mar del Plata. Hasta ahora ha sido reportada también en el Golfo San Matías, Golfo San José y Golfo Nuevo. Bajo ciertas condiciones, este animal puede acumular una neurotoxina en su cuerpo. Esta sustancia puede afectar a humanos y mascotas en caso de ingesta o contacto con la piel. Por eso, se recomienda no tocarlos ni colectarlos. En caso de ser observados en la playa, se debe mantener a los niños y mascotas alejados de los mismos.
Objetivos del piloto invasión en áreas costeras – Proyecto ENEEI
Este piloto permitió establecer sistemas de detección temprana, prevención de dispersión y acción precoz de EEI en cuatro puertos de intensa actividad exportadora en la costa atlántica argentina (Bahía Blanca, Quequén, San Antonio Este y Puerto Madryn) y zonas aledañas.
Las actividades planificadas en el marco del proyecto contemplaron el estudio del plancton y bentos y de otros organismos como base para actualizar y completar las listas taxonómicas para los cuatro puertos, incluyendo especies exóticas invasoras ya presentes. Asimismo, se desarrollaron protocolos de monitoreo, detección precoz y acción inmediata para su implementación, consensuados por especialistas y por los organismos responsables de la administración portuaria y la Prefectura Naval Argentina, incluyendo un fortalecimiento del manejo del agua de lastre.