Presidencia de la Nación

Abogados en la Revolución de Mayo: un aporte fundamental

En un nuevo aniversario de la gesta patria, y en un contexto de pandemia que nos impone tantas dificultades, recordamos el trabajo de numerosos patriotas que dejaron todo de lado para construir una nueva nación con más derechos para las mayorías.

La mañana del 25 de mayo de 1810, la Plaza de la Victoria (actual Plaza de Mayo) amaneció colmada por una multitud, liderada por Domingo French y Antonio Beruti, que exigía la renuncia del Virrey Cisneros y la formación de una junta de gobierno patria. Ante un panorama tan adverso, Cisneros no tuvo otra alternativa que abdicar, lo que dio lugar a la conformación de la Primera Junta de Gobierno. Aquel día, en el Cabildo, se firmó un documento redactado y firmado por personas que lo hicieron en “representación del pueblo”, y que exigía que la soberanía no se delegara en las autoridades coloniales. El primer gobierno patrio había nacido.

Muchos abogados tuvieron un rol determinante en el proceso revolucionario. Cuatro de los nueve miembros de aquella Primera Junta eran legistas: Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Juan José Paso y Mariano Moreno. Embebidos en los ideales de la Revolución Francesa dejaron la vida por su patria y fueron esenciales para la construcción de una Argentina independiente y soberana. El artículo primero de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 versaba que "los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos". Estas ideas eran incompatibles con el dominio español en el Río de la Plata.

Cabildo abierto

Pedro Subercaseaux, El Cabildo Abierto del 22 de Mayo de 1810, Museo Histórico Nacional

Manuel Belgrano, vocal de la Primera Junta, no solo creó la bandera nacional, sino que fue fundamental en numerosas campañas militares y redactó las bases del primer proyecto constitucional del Río de la Plata, el Reglamento para el Régimen Político y Administrativo y Reforma de los 30 Pueblos de las Misiones. Este Reglamento fue incorporado por Juan Bautista Alberdi en 1853 como una de las bases de la Constitución Nacional. Fue impulsor de la educación pública y precursor del periodismo y de la justicia social. Falleció sumergido en la pobreza el 20 de junio de 1820.

Castelli, también vocal de aquella Primera Junta, se recibió de abogado en la Universidad de Chuquisaca –actual Bolivia-. Allí se embebió de los ideales de la Revolución Francesa y vio con sus propios ojos la desigualdad. Fue conocido por ser el “orador de la revolución” y junto a Paso diseñó la estrategia jurídica de la Junta. En el Alto Perú liberó a los aborígenes de los servicios personales y de la esclavitud. Formó intelectualmente a varios dirigentes de la época. Murió en 1812 víctima de un cáncer de lengua.

Mariano Moreno, secretario de la Primera Junta, también se recibió de abogado en la Universidad de Chuquisaca y, al igual que Castelli, vio la explotación a la que eran sometidos quienes trabajaban en las minas. Conoció y llevó a la acción los ideales de la Revolución Francesa. Defendió a los indios explotados y fue víctima de persecuciones. Fue promotor de ideas liberales y contractualistas. Creó la Gazeta de Buenos Aires, el segundo medio escrito de Buenos Aires, y en su primer boletín difundió el contrato social de Rousseau. Murió envenenado en Londres mientras ocupaba un puesto diplomático en esa ciudad.

Juan José Paso, también secretario de la Primera Junta, estudió en la Universidad de Córdoba. Junto a Castelli fue el diseñador de los argumentos jurídicos del Cabildo. Empleó la teoría de la gestión de negocios ajenos para reivindicar las atribuciones de Buenos Aires para actuar en nombre de todo el Virreinato. Fue Secretario de la Primera Junta, integró los dos Triunviratos, fue Secretario del histórico Congreso de Tucumán que declaró la Independencia y fue redactor de las Constituciones Nacionales de 1819 y 1826. Falleció en 1833 en Buenos Aires.

Aquellos abogados (sólo podían serlo hombres) entendían que la actividad política implicaba que tenían que dejar a un lado sus comodidades (a principios del siglo XIX, ser abogado otorgaba prestigio y jerarquía social) y sabían que su función era cuidar los intereses de la Nación. Es por eso que fueron pioneros del Estado de Derecho y hasta la actualidad siguen siendo faros que indican cuál es el camino que debemos seguir.

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