Reflexiones sobre ciencias y tecnologías para la inclusión social
En el “Café de las Ciencias” se habló sobre las experiencias en la agricultura familiar y mundo científico. La próxima charla se realizará el 8 de julio sobre el vino frente al cambio climático.
Se llevó a cabo un nuevo encuentro virtual del “Café de las Ciencias” por el canal de YouTube del C3, esta vez versó sobre “Ciencias y tecnologías para la inclusión social: experiencias y debates”, de la mano del investigador del Centro de Cooperación Internacional en Investigación Agronómica para el Desarrollo (CIRAD, por sus siglas en francés), Frédéric Goulet; el profesor titular de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) e investigador principal del CONICET, Hernán Thomas, y la moderación de la periodista de ciencia, ambiente y salud, Gabriela Vizental.
Frédéric relató su experiencia como investigador visitante en el INTA durante el período 2013-2017, donde estudió cómo se formó una comunidad de ciencia y tecnología para la inclusión social en Argentina dentro de la década del 2000 y 2010. Su análisis se circunscribió dentro de la Sociología de la Ciencia, donde se trata de comprender las formas de inserción política y social de la ciencia. “No hay ciencia, por un lado, y política por el otro, sino más bien una formación mutua”, señaló. Su objeto de análisis está relacionado con los procesos políticos en esos años y las políticas destinadas a promover la inclusión social de los grupos vulnerables. “Las políticas de inclusión social en Argentina estaban dirigidas a grupos vulnerables, la agricultura familiar, entendiéndose como pequeños productores que no sacaron (o poco) beneficios de la inversión pública en ciencia y tecnología para el sector agropecuario”. La agricultura familiar estuvo en el centro de varias iniciativas, una en particular fue la creación, en el 2005, del Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar (CIPAF) en el INTA, para generar tecnologías apropiadas para la agricultura sostenible de la agricultura familiar. Goulet caracterizó tres elementos de lo que fue esta experiencia de ciencia para la inclusión social. En primer lugar, la idea de hacer ciencia aparte de forma separada, en el caso del CIPAF, una institución para abordar la ciencia de forma separada de los otros laboratorios. “Se impuso una tensión entre inclusión y separación”, detalló. En segundo lugar, es la emancipación conjunta entre los agricultores familiares y los investigadores, que estaban trabajando a su servicio. La visibilización de estas agriculturas dentro del grupo científico fue revalorizado dentro de estos institutos. “Estos dos grupos tienen en común que se habrían emancipado de fuerzas dominantes”, y por ello, se entiende el agronegocio, investigadores e ingenieros, y en las áreas científicas, una representación de investigadores provenientes de las ciencias sociales y extensionistas dominadas por las ciencias duras. “Los mismos actores hacen esta reflexión en las entrevistas. La lectura de una ciencia para la inclusión social se trataba de incluir productores y ciertas especificidades profesionales en las organizaciones científicas y tecnológicas”, aseveró.
Por último, la relación entre ciencia y justicia, la ciencia en pos de responder a un desafío de justicia social. “Lo que es justo es subjetivo y político, por lo tanto, la ciencia en término de justicia puede ser percibido como una forma de intervención política y un ataque a la autonomía de los científicos. Acercar la justicia social a la ciencia lleva a la cuestión de las fronteras de lo que es ciencia y lo que no es, y la voluntad al servicio de causas justas genera dudas de la neutralidad y la calidad de las prácticas científicas”, esto sucedió cuando se creó el CIPAF, donde investigadores tradicionales vieron algo extraño un instituto fuera del ámbito político y creado por actores del mundo de la extensión. Al término, Frédéric subrayó dos lecciones, la primera es la cautela al promover la ciencia para la inclusión social, por ejemplo, respecto a los financiamientos, y por otro, los argumentos de justicia para orientar las investigaciones no son garantía de éxito.
A su turno, Thomas se explayó sobre qué tratan estas tecnologías de inclusión social. “En los últimos 50 años en América Latina se desarrollaron iniciativas con el objetivo de generar soluciones tecnológicas a problemas de inclusión. Se llamaron de diferentes formas, una de las más conocidas es Tecnologías apropiadas, hay otras con diferentes denominaciones, existe una enorme multiplicidad de estas tecnologías que abarca desde técnicas agronómicas hasta sistemas impositivos. Es un universo enorme”. En este sentido, Thomas afirmó que la ciencia y la tecnología son actividades humanas que juegan a favor y en contra de posiciones, de objetividades de las acciones. “En ese nivel, todas las tecnologías son políticas y todos los conocimientos lo son también, y no depende de la voluntad de quien los produce sino de los contextos políticos, económicos, socioculturales, que se insertan. En este plano de abstracción, las tecnologías de inclusión social significan entender un nivel de juego concreto dentro de esas relaciones de poder. Cuando uno reconoce que la tecnología no es neutral, se pregunta el rol del individuo”.
Según el investigador principal del CONICET, a la hora de pensar tecnologías para la inclusión social el desafío es “pensar para la inclusión de todos. No solo de pobres. Complejizándolo, también pensar el rol de los científicos y de los tecnólogos porque si la ciencia y la tecnología no son neutrales, entonces ellos tampoco lo son. En este sentido, la pandemia nos enseñó unas cuantas cosas, una de ellas es que tenemos configuradas ciertas cosas de un modo tal que a la hora de plantear soluciones la propia estructura se nos vuelve en contra. El problema de inclusión-exclusión dejó de ser algo político subjetivo para ser un problema muy concreto. En ese plano, el tema de las tecnologías de inclusión social es pensar cómo construir la base material de otra vida posible”.
Al término de las ponencias, los investigadores respondieron las preguntas del público.
Para ver la charla completa ingresar a https://www.youtube.com/watch?v=zq3OwwUIrmE
El “Café de las Ciencias” es un ciclo de charlas encabezado por un/a investigador/a francés/a y uno/a argentino/a con la participación del público en general, que se reúne para conversar sobre temas que giran en torno a la ciencia y la tecnología. Dado el contexto actual, las mismas se realizan de manera virtual hasta nuevo aviso.
El ciclo está organizado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación junto al Institut français d'Argentine, la Embajada de Francia en Argentina, el Centro Cultural de la Ciencia C3 y la Alianza Francesa de Buenos Aires.
Sobre los expertos
Frédéric Goulet (Francia): Es investigador del Centre de Coopération Internationale en Recherche Agronomique pour le Développement (CIRAD), investigador visitante en el INTA-Argentina, y, actualmente, profesor visitante en la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro, Brasil.
Hernán Thomas (Argentina): Es profesor Titular de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), director del Instituto de Estudios sobre la Ciencia y la Tecnología, coordinador del área de Estudios Sociales de la Tecnología y la Innovación, e investigador principal del CONICET.