Los virus como aliados de la salud
Fue el tema que se trató en el último “Café de las Ciencias”, donde investigadores explicaron el rol de los vectores virales y cómo funcionan en la enfermedad de Alzheimer.
Se realizó un nuevo encuentro del ciclo “Café de las Ciencias” en modalidad virtual. La charla titulada “Transformando virus en aliados de la salud” contó con la participación del director de investigaciones emérito del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS, por sus siglas en francés), Alberto Luis Epstein; la directora del Laboratorio de Neuroplasticidad y Neurotoxinas (LaNyN) del Instituto de Biología Celular y Neurociencia (UBA-CONICET), Diana Alicia Jerusalinsky, y la moderación del periodista científico, Federico Kukso. Durante el encuentro virtual se abordó qué son los vectores virales y un ejemplo concreto para la immunoterapia génica contra la enfermedad de Alzheimer.
El director de investigaciones emérito del CNRS, Alberto Luis Epstein, expresó que “podemos utilizar la capacidad que tienen los virus de apropiarse de la maquinaria celular para hacer que las células produzcan las proteínas que queremos sin riesgo. Para esto convertimos un virus salvaje en un vector viral”. Epstein señaló que “más allá de la diversidad, los virus comparten dos propiedades fundamentales: la primera, todos contienen información genética (ADN o ARN), que tienen las instrucciones que le permiten multiplicarse; la segunda, esta información está encerrada en una cápsula de proteínas (cápside), que es muy importante porque contiene las proteínas que le permitirán penetrar a las células y que determinan su tropismo, es decir, su capacidad al infectar diferentes tipos de células”. Este tropismo se mantiene cuando se construyen vectores. Y ¿cómo se construye un vector viral? Se extrae el ADN viral de la cápside, se toma el ADN que contiene el gen que interesa, llamado transgen, y se introduce dentro del ARN viral, a través de una operación llamada recombinación genética, finalmente, se reintroduce este ADN dentro de la cápside y de esta manera, se obtiene un vector viral. Epstein subrayó el rol de las tecnologías complejas para llevar adelante esto. “Se trata de introducir el transgen que nos interesa dentro de la cápside viral para que ésta lo trasporte y lo deposite en las células que nos interesan, donde el transgen va a permitir la síntesis de la proteína transgénica”, subrayó, “no puedo producir el vector en las mismas células en las que se produjo el virus porque al vector le faltan sus genes. Hay que construir células que sinteticen las proteínas que le faltan al vector”.
En este sentido, Diana Jerusalinsky retomó las posibles intervenciones de inmunoterapias como el caso de la enfermedad de Alzheimer, una enfermedad que afecta a una parte de la población de adultos mayores de 65 años. La marca distintiva de la enfermedad es que en el cerebro se empieza a acumular tempranamente una proteína llamada Beta Amiloide (Aβ), que con los años van aumentando y formando fibras insolubles pegadas a las membranas de las neuronas. Dentro de las neuronas se producen cambios, que alteran su funcionamiento y estructura terminando con la neurodegeneración.
Según Jerusalinsky “el desafío era ver si podíamos construir un vector en donde poner un transgen (en color verde para su visualización) dentro del ADN que codifique una proteína capaz de reconocer los Aβ y de esta manera, neutralizar su acción y evitar que se peguen a la neurona”. La construcción del vector terapéutico “fue partiendo de un virus del tipo Aβ, donde se puso un transgen -siguiendo la explicación de su colega - y se obtuvo un vector Aβ con el nuevo genoma que contiene el transgen. Este transgen lleva la secuencia para una proteína llamada NUSC1, un anticuerpo artificial que reconoce a los Aβ”. Estos vectores cuando llegan a la membrana, liberan el ADN que contiene el anticuerpo NUSC1, evitando la pérdida de contactos sinápticos y el deterioro.
De acuerdo al gráfico, se observa que:
A y D) Espinas y prolongaciones correctas.
B-E) La neurona se encuentra pobre en prolongaciones y espinas, y perdió contactos sinápticos. En la figura E, se observan en rojo la presencia de agregados Aβ.
C-F) La neurona es similar a la normal, recuperadas sus espinas y contactos. En la figura F, se observa que, en presencia del vector, hay pocos agregados Aβ pegados.
Jerusalinsky relató qué sucede con el vector en animales (humanizados) con el modelo de la enfermedad: “Se observaron mejoras. Aquellos con problemas de memoria y aprendizaje se revirtieron. Podemos decir que el vector Aβ construido produjo recuperación cuando fue utilizado tempranamente”.
Al término de las ponencias, los investigadores respondieron las preguntas del público.
Para ver la charla completa ingresar a https://www.youtube.com/watch?v=ESJdiA6Zh2w
El “Café de las Ciencias” es un ciclo de charlas encabezado por un/a investigador/a francés/a y uno/a argentino/a con la participación del público en general, que se reúne para conversar sobre temas que giran en torno a la ciencia y la tecnología. Dado el contexto actual, las mismas se realizan de manera virtual por el canal de YouTube del C3, hasta nuevo aviso.
El ciclo está organizado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación junto al Institut français d'Argentine, la Embajada de Francia en Argentina, el Centro Cultural de la Ciencia C3 y la Alianza Francesa de Buenos Aires.