Durante el mes de junio se conmemoran dos de las más importantes fechas de las efemérides belgranianas. Este 3 de junio se cumplieron 250 años del natalicio de Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano. El próximo 20 de junio se cumplirán 200 años de su fallecimiento en el año 1820.

Belgrano es recordado en la historia como el creador de la bandera y la fecha de su muerte es determinada como el día de la enseña patria. Pero sus aportes a la historia de nuestro país son muchos y en variadas áreas. Fue un hombre destacado en la vida cívica, social y cultural de las provincias del Río de la Plata.

Abogado formado en la Universidad de Salamanca, España. Impulsor de las nuevas ideas económicas de finales del siglo 18 desde su puesto en el Consulado de Buenos Aires. Innovador y librepensador de frecuente contacto con filósofos y pensadores de la época,fue un analista de los tiempos políticos de principios de 1800.

En sus ideas y en sus escritos fomentó la consideración de la agricultura como una generadora de riqueza para un futuro país. Consideraba que traía consigo la civilización, la cultura del trabajo, el amor a la tierra, el concepto de propiedad y el crecimiento económico.
Fue también un impulsor de la educación en distintos niveles, creando la Escuela de Náutica, una Escuela Técnica y planteando la necesidad de la educación escolar de las niñas.

Por esto, su designación como vocal de la Primera Junta de Gobierno fue una resultante del prestigio de su trabajo, su personalidad y sus ideas.

Luego vendría su actuación militar, que no es improvisada en 1810, sino que había comenzado ante las invasiones inglesas, con su presentación voluntaria para la defensa de la ciudad. Primero como jefe de la Expedición al Paraguay y luego a la Banda Oriental, para expandir las ideas de la Revolución. No fue un militar formado e instruido en los cuarteles, pero tenía el carácter y el prestigio necesarios para mandar. La sencillez y la austeridad en su vida y en sus actos fue un buen ejemplo para sus tropas del Ejército del Norte, que hasta su llegada eran indisciplinadas y no gozaban de prestigio.

Fue un jefe militar formado en las campañas y en el ejercicio del mando y la responsabilidad. En aquel 13 de febrero hace flamear por primera vez la bandera Argentina, y ese es el momento que lo inmortaliza, pero su accionar en el Norte seguramente sea su principal aporte. Es difícil encontrar una decisión militar más drástica que su orden de dejar “tierra arrasada” al pueblo jujeño sobre sus propiedades y tierras. Orden que fue obedecida al pie de la letra, por la firmeza del general y por el patriotismo de los jujeños. Y que además cumplió con el objetivo de negarles recursos a los realistas y estirar sus líneas de comunicación para desgastarlos logísticamente. Luego, su acertada desobediencia y sus resonantes victorias en Tucumán y Salta, permiten consolidar la frontera noroeste de nuestro territorio. Todo logrado con un ejército que vivía en campaña con muchas necesidades en armamento, munición, equipo, racionamiento y sueldo.

Después vendría su encuentro con el general San Martín, su entrega de la jefatura del Ejército del Norte, misiones políticas, nuevamente el mando del ejército. El 20 de junio de 1820 su temprana muerte, a los 50 años de edad, con la salud muy deteriorada y en la más humilde austeridad, lo constituía como un ejemplo de entrega a la Patria. Un hombre de pensamiento vivaz, espíritu guerrero, ideas innovadoras, que pudo tenerlo todo pero eligió el sacrificio, el renunciamiento y falleció sin riquezas, en la misma casa que lo vio nacer.

El Ejército Argentino, le rinde permanentes homenajes a su figura, teniendo su imagen en todos los cuarteles y ostentando dos elementos de la fuerza su nombre como denominación histórica. Este año 2020, la operación militar de protección civil que se lleva a cabo en el marco de la pandemia del Covid 19, lleva su nombre.