El primer prototipo de un tomógrafo PET fabricado íntegramente en el país
La instalación de este PET se realizó en el Hospital de Clínicas José de San Martín perteneciente a la Universidad de Buenos Aires (UBA). Con tal fin se está acondicionando una sala para su instalación en el servicio de Medicina Nuclear de ese centro de salud. El paso siguiente fue realizar las pruebas de calibración y toma de imágenes para que sea homologado para su utilización con pacientes.
El proyecto fue llevado a cabo por el Grupo de Sistemas Digitales y Robótica del Centro Atómico Ezeiza (CAE), en colaboración con el Grupo de Inteligencia Artificial y Robótica de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), y fue financiado con recursos del Tesoro Nacional en el marco del Sistema Nacional de Inversión Pública, formando parte del inventario de proyectos denominado Banco de Proyectos de Inversión Pública (BAPIN). Inicialmente, contó con el aporte del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
La importancia de este logro científico-tecnológico radica principalmente en que se trata de un equipo único en su tipo y que representa un gran avance para la tecnología nacional, ya que no existe otro instrumento capaz de medir el metabolismo celular para prevenir enfermedades como el cáncer o trastornos cardiovasculares con una técnica no invasiva como la de estos tomógrafos.
Actualmente sólo tres empresas en el mundo se dedican a comercializar este tipo de instrumentos, que tienen un valor de mercado superior al millón de dólares por unidad. Es por este motivo que –hasta el momento– la mayor parte de los PET instalados en el país se encontraban en instituciones de medicina privada.
Características distintivas
El PET desarrollado por la CNEA puede operar con dos de sus seis componentes principales, lo que facilita que el equipo sea reparado sin interrupciones en la prestación de sus servicios.
Esto es porque sus cabezales (los responsables de la toma de imágenes) son de giro continuo. Para esto, cada fotomultiplicador del equipo tiene su propia computadora dedicada al procesamiento de datos. Estos cabezales fueron construidos con cristales centelladores dispuestos en forma hexagonal, lo que permiten obtener un campo de visión amplio y facilita que se pueden sacar, reparar y reponer sin que el escáner salga de servicio.
Con este nuevo tomógrafo no sólo se reducirán los gastos de adquisición de estos instrumentos, sino que también se mejorará el acceso a tecnología de última generación en el ámbito de la salud pública.
¿Para qué sirve un PET?
Es un estudio de alta complejidad que permite obtener imágenes anatómicas y funcionales del cuerpo humano, brindando un diagnóstico preciso de ciertas enfermedades como cáncer, problemas cardíacos y trastornos cerebrales. Además de no ser invasivo, puede detectar lesiones muy pequeñas con gran precisión.
La Tomografía por Emisión de Positrones, más conocida como PET, es un examen que permite obtener imágenes de alta resolución de los órganos y tejidos del cuerpo a partir de una sustancia radiactiva –denominada marcador– con el fin de detectar una patología o una lesión.
A diferencia de otros estudios complejos como la resonancia magnética y la tomografía computarizada –que brindan información anatómica del organismo– un PET detecta la actividad metabólica de las células y muestra cómo están funcionando los órganos y tejidos. Esto permite la detección temprana de procesos patológicos, inclusive antes de que se manifiesten los primeros síntomas de la enfermedad, ya que generalmente los cambios fisiológicos anteceden a los cambios anatómicos.
Entre los beneficios de esta técnica se destacan que:
- No es invasiva: No requiere anestesia ni cirugía.
- Presenta gran precisión diagnóstica, gracias a la obtención de cortes de mayor resolución, lo que incrementa el poder de detección de lesiones más pequeñas.
- No presenta riesgos: Se utilizan marcadores de corta vida media, los cuáles son eliminados del cuerpo en pocas horas.
- No es dolorosa ni presenta efectos secundarios.
- Es rápida: El examen puede durar alrededor de dos horas, dependiendo de la zona a estudiar, pero el tiempo de permanencia en el tomógrafo es de aproximadamente 20 minutos.
- Es ambulatoria: El paciente no necesita quedar internado y puede retirarse y hacer su vida normal al terminar el estudio.