Bullrich viajó a Paraguay en el marco de la segunda etapa de destrucción de marihuana entre Argentina y el país vecino
El trabajo de erradicación de marihuanales culminará con unos 345.000 kilos de droga destruida, lo que representa más de 1.000 millones de dosis valuadas en más de 300 millones de dólares.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, viajó a Paraguay para encabezar junto al ministro de la Secretaría Nacional Antidrogas paraguaya, Arnaldo Giuzzio, la Operación Integración bajo la cual se estima destruir unas 345 toneladas de marihuana cultivadas en campos en el país vecino. La actividad, desarrollada en la reserva San Rafael de Itapúa, contempla la erradicación de marihuanales de manera conjunta entre Gendarmería y las fuerzas de seguridad paraguayas.
Participaron también de la comitiva los secretarios de Seguridad, Eugenio Burzaco; de Coordinación, Formación y Carrera, Alberto Föhrig; el subsecretario de Lucha contra el Narcotráfico, Martín Verrier; y el director nacional de Cooperación Internacional de la Seguridad, Gastón Schulmeister.
La erradicación de cultivos de marihuana constituye un gran golpe a las estructuras de las bandas narcocriminales. Actualmente se estima que la superficie cultivada ronda las 6.000 hectáreas en la región centro-norte de Paraguay donde abundan las zonas boscosas y reservas forestales. En base a distintos estudios se pudo establecer que hay cuatro variedades de la planta de cannabis que se diferencian por el desarrollo, la morfología y el tiempo de floración.
Las operaciones de erradicación de cultivos contemplan un trabajo previo por parte de las autoridades gubernamentales en lo que respecta al reconocimiento aéreo de las zonas cultivadas, caracterizadas por la presencia de campamentos precarios equipados con prensas, zarandas y distintos elementos para acondicionar la droga cosechada.
En primer lugar, las fuerzas policiales incursionan en los campos hasta las plantaciones y campamentos donde se acopia la marihuana. Esto requiere de un gran esfuerzo pero deriva en operaciones más efectivas en cuanto al impacto y daño que se le genera a la estructura económica de las organizaciones criminales. Según cálculos oficiales, el rendimiento de los cultivos ronda los 3.000 kilogramos de droga por hectárea cultivada.