El equipo del CAJ de Villa María comparte su experiencia tras dos años de trabajo
El Centro de Acceso a Justicia de Villa María cumplió dos años desde su inauguración en mayo de 2017 y su equipo compartió reflexiones sobre el trabajo en territorio con comunidades en situación de vulnerabilidad.
Natalia González, abogada coordinadora
Como profesional de la abogacía, uno de los desafíos más importantes de estos dos años de CAJ fue el gran trabajo en equipo que desplegamos cada día. El aprendizaje desde el área social o de la psicología, desde mi lugar de abogada, es continuo. La escucha activa, empática y humana que debe primar en el CAJ nos convoca a tener esta mirada multidisciplinaria de las problemáticas sociales. Trabajar en una oficina del Estado nacional informando, asistiendo y empoderando en derechos a sectores en situación de vulnerabilidad, en lo profesional se siente como que estás llevando justicia (en toda su expresión) a esas personas. Una de las actividades más gratificantes que hemos llevado adelante este último tiempo es la atención a las personas adultas mayores en los centros de jubilados. En una población que se siente olvidada ante el sistema o ante sus familias, que una oficina de la nación se traslade a sus espacios, las escuche, asesore, las acompañe en trámites, es sin dudas un gran compromiso desde una política pública, mostrar su presencia allí donde más se la necesita.
Noelia Piszewki, abogada
Trabajar en el CAJ como abogada junto a mis compañeras y formar parte de un equipo interdisciplinario, comprometido y responsable, es sentirme privilegiada, orgullosa y empoderada para trasladar a las personas que se acercan al CAJ, todo lo que tenemos para ofrecer día a día. Desde una escucha activa con empatía, una orientación, hasta un asesoramiento y más. Poder ayudar a las personas a que abran las puertas para que puedan ejercer sus derechos es sentirme todos los días, feliz como persona y como profesional.
María Clara Bustamante, trabajadora social
Formar parte del equipo del CAJ fue un desafío y una apuesta que hice y sin dudas no me equivoqué. Es un orgullo y satisfacción tanto profesional como personal. Desde el comienzo pude intervenir junto a mis compañeras en un gran abanico de situaciones, la mayoría dirigidas a generar un mayor bienestar para las personas, brindando contención y el alivio que en algún momento perdieron. Como profesionales nos constituimos en herramientas para que las personas puedan resolver sus dificultades y problemáticas, y ser protagonistas de su propio cambio. Esto me sitúa como profesional en un lugar privilegiado.
Valeria Ivana Sedevich, psicóloga
Trabajar en el CAJ implica dedicación, compromiso diario, involucrarse con cada caso de manera particular y única. Es acompañar a quien no puede con algo, es querer, desear que quien consulta pueda hacer algo mejor con aquello que motivó su llegada al CAJ.
En estos dos años, el equipo realizó más de 278 actividades comunitarias que permitieron mostrar los alcances del trabajo del CAJ en la comunidad.