Día Mundial Sin Tabaco 2018
El 31 de mayo de cada año se conmemora en todo el mundo el “Día Mundial Sin Tabaco”. Se busca así poner de relieve los riesgos para la salud asociados con el tabaquismo.
El 31 de mayo de cada año se conmemora en todo el mundo el “Día Mundial Sin Tabaco”. Se busca así poner de relieve los riesgos para la salud asociados con el tabaquismo.
El consumo de tabaco se vincula con probabilidades de desarrollar enfermedades del corazón, respiratorias y cáncer. En las mujeres, además, se relaciona con afecciones de la salud reproductiva.
El tabaco es una de las mayores amenazas para la salud pública en el mundo. Mata a más de 7 millones de personas al año. De éstas, 6 millones son consumidores directos y el resto son personas expuestas al humo ajeno. El humo de tabaco ajeno mata cada año a 600.000 personas en todo el mundo.
En Argentina, el tabaco es responsable de más de 40.000 muertes por año, de los cuales el 20% son fumadores pasivos.
En el humo del tabaco hay sustancias químicas que resultan nocivas a nuestra salud. No existe un nivel de exposición al humo de tabaco que sea considerado seguro.
Por ello, crear ambientes libres de humo de tabaco es la única manera de proteger a las personas de los efectos nocivos del tabaquismo pasivo.
Dejar de fumar trae beneficios a tu salud: baja la tensión arterial, mejora la circulación sanguínea y la función pulmonar, y disminuye la tos y la dificultad para respirar. En 1 año, se reduce a la mitad el riesgo de sufrir una enfermedad coronaria. En 10 años, se reduce a la mitad el riesgo de tener cáncer de pulmón. Entre 5 y 15 años lleva reducir el riesgo de accidente cerebrovascular al de un no fumador. En 15 años, el riesgo de cardiopatía coronaria es el de un no fumador.
De los 1.000 millones de fumadores que hay en el mundo, aproximadamente 200 millones son mujeres. En todo el mundo, alrededor de un 40% de los hombres fuman, por comparación con un 9% de las mujeres.
En los tiempos que corren, y como producto de las campañas antitabáquicas, se registra una tendencia decreciente en el consumo de cigarrillos en jóvenes. Sin embargo, las mujeres protagonizan un aumento como usuarias de tabaco, que las equipara actualmente a sus pares varones.
Esto es resultado de que la industria tabacalera tiene intereses que no coinciden con los de la salud pública. Para evitar la baja de consumidores, dirige campañas de publicidad muy costosas hacia las mujeres mediante anuncios que vinculan el consumo de tabaco con representaciones de belleza, prestigio y libertad.
Es importante a los efectos de la protección de la salud pública tener políticas tendientes a desestimular el consumo. A estos fines, las advertencias textuales y las imágenes impactantes en los paquetes de cigarrillos y otros posibles medios permiten reducir el número de personas que comienzan a fumar. También son efectivas para incentivar a los consumidores a dejar el tabaco.
Las advertencias gráficas, además, pueden persuadir a los fumadores de que protejan la salud de los no fumadores fumando menos en el interior de las viviendas y evitando fumar cerca de los niños.
Las campañas en los medios de comunicación y la prohibición de publicidades también pueden ayudar a reducir el consumo y promover hábitos saludables.