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Aplicaciones forenses del SEM

Una de las principales herramientas con la que cuentan los detectives científicos es el Microscopio Electrónico de Barrido con Espectrometría de Energía Dispersiva (SEM/EDS, por su sigla en inglés). Este método es una de las técnicas más completas no destructivas que permite combinar la información elemental de cada partícula con la morfología, tamaño y distribución de la misma en la superficie de la muestra; y obtiene imágenes del espécimen en estudio con gran aumento y profundidad de campo.

A diferencia del microscopio óptico convencional, que utiliza un haz estacionario de luz, el SEM produce una imagen a partir del uso de un haz de electrones que inciden en la muestra.

El uso de electrones posibilita llegar a aumentos muchos mayores. Se puede trabajar desde 10.000 aumentos hasta con 180.000, dependiendo de la muestra. El SEM produce imágenes similares a las ópticas, pero con gran profundidad de campo, lo que les confiere una apariencia tridimensional que brinda información más detallada.

El SEM/EDS se usa –, entre otros fines forenses– para la búsqueda de restos de Plomo (Pb), Bario (Ba) y Antimonio (Sb), considerados componentes característicos de los residuos de disparo. También se puede observar la morfología y distribución de partículas en la superficie de la muestra.

Este tipo de análisis permite identificar un orificio de entrada de la bala, estimar la distancia de disparo, determinar si una persona ha disparado o no un arma de fuego o comparar una bala o esquirla recolectada en la escena del crimen con balas encontradas en el cargador de un arma sospechosa.

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