Valentina Ayrolo
Historiadora
Los documentos son ventanas, son muñecas rusas, son laberintos infinitos…. Muestran sentimientos, sensaciones, ideas, estructuras discursivas, las formas de la justicia, las modas literarias… Hablan de su presente, refieren a su pasado y proyectan sobre el futuro con las herramientas de que disponen. Los documentos responden preguntas y abren incógnitas, siembran dudas… plantean silencios, supuestos, certezas… pero en las investigaciones siempre mandan porque dicen muchas cosas, tantas cosas que nos obligan a volver sobre nuestros pasos para poder entenderlos.
Elegí una carta fechada en Lima (Perú) el 8 de agosto de 1822 que está la sección Documentación donada y adquirida del fondo Andrés Lamas en la Sala VII (Leg. 37, Nº 2640) del AGN. Está dirigida al Sr. Don José Tartáz y firmada por su supuesto sobrino Máximo Zamudio. Si la identidad del tío es una verdadera incógnita la del sobrino, no. Zamudio fue un reconocido actor de las guerras de independencia que lo llevaron a Lima y de allí a La Paz donde muere en 1847.
Carta de Máximo Zamudio a José Tartáz, 8 de agosto de 1822. Archivo General de la Nación, fondo Andrés Lamas. ID: AR-AGN-AL01-2640
La carta refleja el clima de cambios políticos sociales y religiosos de la Buenos Aires de 1820. Es la respuesta a una que Máximo recibió el 1º de mayo de 1822 desde Buenos Aires. En aquella, el tío comunicaba a su sobrino una mudanza brusca de su condición. La naturaleza del cambio se marca con una imagen “veo (…) que le han dado a Ud. el golpe, quitándole los ha. (hábitos) talares”. La indicación rápidamente nos revela que el tío era un fraile y por el año y el mes de la carta, sabemos que se trata de una referencia a las reformas eclesiásticas implementadas en Buenos Aires. La opinión de Zamudio sobre lo ocurrido muestra cierta disconformidad debida a la pérdida de prestigio que acarreaba la novedad: “aunque Ud esta satisfecho de este paso -le dice- yo lo siento, siempre era de aquel modo un respeto para la parentela”.
La nueva situación del tío, lleva Máximo a considerar, con cierta sorna, nuevos destinos para quien había sido “rebajado de la carrera monigotal”. En una suerte de broma, le dice que incluso “en el Teatro hay vacantes” y agrega: “y Ud, que ejerce tan bien la pantomima podría merecer mucha aceptación entonces luciría el sueño de Doña Flora y demás representaciones que usted sabe”. Esta referencia nos lleva hasta fray Cayetano Rodríguez (franciscano) prolífico literato a quien se supone autor de “El sueño de Eulalia contado a Flora”, un texto donde se relata el miedo a la revolución personificada en el pueblo que se burla de Eulalia por ser Realista ¿el tío era Rodríguez?
Finalizando, irrumpe una pregunta: ¿con que te han dado el golpe? Y, retomando el tono de broma menciona los atributos de su nueva condición: vestido “de corto [o sea de civil] ha de estar Ud. muy mono” y la posibilidad de un casamiento con “alguna ricacha”. Estas alusiones nos señalan otra de las posibilidades que abrió las reformas: el abandono de la condición clerical.
Para concluir, y sin dejar dudas, Zamudio expresa una opinión, corriente por aquel entonces, sobre el estamento clerical “tan infructuoso a la Sociedad”. Una leyenda escrita al final reafirma la ironía de la segunda parte de la carta: “S. Don Mariano Placido Tartáz, Ex-monigote y religioso Thomista, y corredor de las calles de Buenos Ayres” Se trata sin dudas de un texto que nos sitúa en la caldeada atmósfera de la Buenos Aires de las Reformas Eclesiásticas.
En lápiz negro, un lector contemporáneo, dejó escrito: “de puño y letra del “loco Tartáz”” ¿Quién era Tartáz? su nombre se ignora, pero nos abrió una nueva pista que nos llevó hasta los salones literarios de Buenos Aires donde se recitaban odas, poesías, coplas y textos con impronta política.
La lectura del documento nos obligó a investigar personajes, a revisar fechas, a detenernos en el día a día de los acontecimientos que enhebrados nos permitieron reconstruir los hechos referenciados. Nos exigió ubicarnos en tiempo y espacio e implicó investigar sobre el entorno de producción de la información. Así, las referencias a lugares, personajes, eventos… nos llevan hacia destinos desconocidos y nos nutren de información que permite seguir completando el rompecabezas del conocimiento histórico.
Para Inspiraciones: pensamientos desde archivos. Bicentenario del Archivo General de la Nación.
Descargas
- Valentina Ayrolo - Las cartas como hebras del tiempo (2.4 Mb) Descargar archivo