El ciervo de los pantanos es el cérvido más grande de Sudamérica y en nuestro país se lo encuentra principalmente en los Esteros del Iberá (Corrientes), y en el delta del Paraná (Buenos Aires y Entre Ríos), donde constituye un símbolo de la cultura isleña. Se trata de uno de los pocos cérvidos anfibios del mundo, característica que solo comparte con el barasingha de India y Nepal, y el ciervo acuático de China, lo que lo vuelve un espécimen particularmente singular.
Los adultos llegan a pesar unos 150 kilogramos. Pueden alcanzar unos 2 metros desde la cabeza a la cola y una altura de hasta 1,30 metros a nivel de la cruz. Tienen pelaje pardo rojizo y negro en las patas. Los machos desarrollan grandes astas y, al igual que todos los ciervos, su cornamenta cae cada año.
La destrucción de su hábitat y la caza son las principales amenazas que enfrentan sus poblaciones. A nivel internacional se encuentra categorizada como especie vulnerable en el Libro Rojo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, mientras que en Argentina se encuentra catalogada como en peligro de extinción.
Rescate y conservación
El ciervo de los pantanos fue declarado Monumento Natural en las provincias de Chaco, Corrientes, Buenos Aires y Entre Ríos. Principalmente en el delta del Paraná es donde la disminución del número de individuos, en los últimos años del siglo XX y los primeros del XXI, fue mayor, producto de la caza y de los cambios en el uso del suelo. Para avanzar en acciones que garanticen su conservación –y con ella de los procesos ecológicos del ambiente natural del delta–, se constituyó el Comité Científico-Técnico Ciervo de los Pantanos, del que forma parte el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, junto con especialistas de diversas instituciones públicas y privadas.
Ante el aviso de la presencia de algún ejemplar herido o desprotegido –como el caso de ciervos jóvenes que son encontrados sin su madre, víctima de la caza furtiva–, o ante la denuncia de animales en cautiverio, se activa un protocolo de rescate, del que forma parte el MAyDS, a través de su Brigada de Control Ambiental. Los técnicos y agentes proceden a realizar el rescate del ejemplar, que es derivado al Centro de Rescate de Especies de Temaikén donde inicia su proceso de recuperación, que incluye el alta veterinaria y comportamental, como paso previo a recuperar el estado de silvestría en su hábitat.
Es primordial dar intervención cuando antes a las autoridades competentes, lo que aumenta de manera exponencial la posibilidad de reinsertar estos ejemplares en su ambiente natural.
Acciones destacadas
Ficha técnica
Nombre científico: Blastocerus Dichotomus
Distribución: En la Argentina se distribuía desde el sur de Misiones hasta el nordeste de Buenos Aires, pasando por Corrientes y Entre Ríos, y al este de las provincias de Santa Fe, Formosa, Chaco, con una intromisión siguiendo las cuencas del Bermejo y Pilcomayo hasta las provincias de Salta y Jujuy. Actualmente se encuentra restringido a localidades de las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Buenos Aires y posiblemente también Santa Fe, siendo las poblaciones de los Esteros del Iberá (Corrientes) y las del delta del Paraná (Buenos Aires y Entre Ríos) las más importantes del país. En el resto de Sudamérica se lo encuentra en el centro, oeste y sur de Brasil; sudeste de Perú, este de Bolivia y Paraguay. En Uruguay se lo considera extinto.
Principales amenazas: Destrucción de su ambiente, caza deportiva y de subsistencia, ataques de perros y enfermedades del ganado.