Semilla en Contraestación
La producción de semilla y/o biomasa que haya sido modificada genéticamente se realiza bajo lo normado en la Resolución Nº 17 de 2013 de la entonces Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca y sólo se autorizará cuando se trate de materiales regulados que hayan tenido al menos un ensayo experimental en nuestro país satisfactoriamente concluido y que cuente con el informe de cierre con evaluación favorable.
Cuando se habla de material regulado, se hace referencia a todo aquel que se encuentra en etapa de experimentación, por lo que aún no tiene permiso para su comercialización en Argentina.
¿Para qué sirve la producción en contraestación?
Sirve para adelantar campañas productivas aprovechando las diferencias estacionarias entre hemisferios, incrementar el volumen de semillas cuando un determinado evento de transformación está próximo a ser comercial o para su exportación y comercialización en otro país.
La semilla y/o biomasa producida en contraestación puede tener los siguientes destinos:
- Exportación: el país que reciba el material debe otorgar el permiso para el uso propuesto por el solicitante, y ésta deberá quedar acreditada en forma previa a autorizarse la exportación. Por ello es necesario programar esta acción con un lapso máximo de cuatro meses posteriores a la finalización de la cosecha.
- Guarda en la República Argentina para el lanzamiento comercial en nuestro país, por un plazo máximo de dos años contados desde la finalización de la cosecha del material a guardar, quedando el material regulado intervenido por la autoridad competente.
- Utilización de la semilla producida para la siembra en campañas sucesivas, justificando los plazos de utilización y cantidad de material solicitado con el fin de multiplicar la disponibilidad de semilla.
- Uso agroindustrial del material regulado y subproductos, en forma que asegure su no viabilidad como material propagativo y la exclusión del uso alimentario humano y/o animal. En todos los casos, deberá informarse sobre los métodos a utilizar, de modo que su bioseguridad pueda ser evaluada por CONABIA.