Son sistemas arquitectónicos genéricos que responden a distintos modos de habitar, condiciones climáticas y normativas, por lo cual reducen el impacto en su entorno ambiental.

Para ese objetivo se proyectan agrupamientos con diversidad de tipos arquitectónicos, proponiendo un sistema urbano no uniforme ni repetitivo.

Estos prototipos son agrupables, ya sea en terrenos de dimensiones que permitan la propiedad única del terreno o estudiando modelos en propiedad horizontal.

De esta forma se implementan nuevas políticas de uso de suelo, en donde la vivienda producida por el Estado mejora la situación habitacional en todo el país y la calidad de aquellas intervenciones en sitios con mayor vulnerabilidad.

Modos de habitar

Se incorpora la perspectiva de género en las intervenciones urbano-arquitectónicas, en donde se propone una desjerarquización de ambientes. El planteamiento proyectual integral prioriza los trabajos del cuidado, dando como resultado una redistribución de ambientes. En este mismo sentido, se implementa esta perspectiva en viviendas para personas discapacitadas y para adultos mayores, no considerándolas como unidades diferenciadas, sino que cada una de las unidades contemple espacios de dimensiones que permitan su adaptabilidad a este tipo de condicionamientos en el futuro.

Escalas

Tomamos como base tres ámbitos de escala a considerar:
Doméstico: generosos espacios de transición entre interior y exterior de las unidades que permitan tener lugares de uso e intimidad.
Grupal: las unidades habitativas incorporan espacios de equipamientos comunes que posibilitan la interacción entre vecinos, dotando a estos espacios con las infraestructuras y artefactos necesarios.
Colectivo: es la gestión de los espacios que se comparten entre los distintos agrupamientos de unidades.