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El Río de la Plata vierte al Océano Atlántico unos 22.000 metros cúbicos de agua por segundo. Se origina a partir de las convergencias del Río Paraguay con el Paraná y luego éste con el Uruguay. El agua que tributa el Río de la Plata transporta gran cantidad de sedimentos, nutrientes y detritos orgánicos, cargados en su largo viaje a través del continente. De esta manera, el río fertiliza la región costera del océano.

El encuentro de dos masas de agua que presentan propiedades diferentes da lugar a la formación de frentes marinos, evidentes en las imágenes satelitales por el cambio de color o de brillo en la zona en que se encuentra. Las aguas ricas en nutrientes se mueven hacia la superficie, de manera tal que el fitoplancton prospera en la región iluminada, generando condiciones de alta producción biológica. Por otra parte, en la región interior del estuario la alta turbidez del agua atenta contra la vida vegetal aún en las capas más superficiales de agua. No obstante, muchos organismos se alimentan de los detritos orgánicos que transporta el río.

Tal como se observa en la imagen, captada el 2 de julio de 2011 por el sensor MODIS, el encuentro de las aguas dulces y las marinas da lugar al frente estuarial del Río de la Plata. Las aguas del río, más livianas, flotan sobre las aguas marinas, más densas por su salinidad. Este frente productivo constituye una región altamente dinámica, de posición geográfica cambiante, como consecuencia de las fluctuaciones del caudal y los vaivenes del viento. Asimismo, puede verse en la imagen la interfase entre el estuario y el continente, constituida por las marismas que forman una franja de terreno inestable que rodea toda la Bahía de Samborombón.