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En la Isla Grande de Tierra del Fuego se extienden los Andes Fueguinos, que constituyen la continuación austral de la Cordillera de los Andes.

La imagen satelital captada por el instrumento AVNIR2 a bordo de la misión japonesa ALOS el 23 de enero de 2008 permite observar la particularidad de esta cadena, que a diferencia de la mayor parte de la cordillera Andina, de orientación general Norte-Sur, muestran un marcado cambio de rumbo, ubicándose en sentido Oeste-Este entre el Estrecho de Magallanes y la Isla de los Estados.

La captación nos permite apreciar los picos nevados de las montañas y la abundante vegetación, en color verde oscuro, que cubre las laderas de las mismas.

A través de una exploración detallada de la imagen es posible identificar los numerosos glaciares de la cordillera fueguina oriental, que pertenecen a la región Argentina de la Isla. Los mismos se caracterizan por su pequeño tamaño, contando con menos de 1 km2 de extensión. Sus frentes se sitúan entre los 750 y 1000 m sobre el nivel del mar. La mayoría de estos glaciares son fácilmente accesibles y constituyen un gran atractivo paisajístico.

Se destacan el Glaciar Martial y el Glaciar Vinciguerra, ambos próximos a la ciudad de Ushuaia, y los glaciares Ojos de Albino y Alvear.

El Glaciar Vinciguerra, junto con un conjunto importante de turberas del valle de Andorra conforma un grupo de humedales que constituyen, desde 2009, el nuevo sitio RAMSAR más austral del mundo, denominado “Glaciar Vinciguerra y turberas Asociadas”.

Este glaciar registró un retroceso entre 1970 y 2008 de aproximadamente 500 m. El agua de fusión del glaciar se concentra en la laguna de los Témpanos, ubicada a 725 metros sobre el nivel del mar, que antes de 1970 no existía ya que el área estaba ocupada totalmente por el cuerpo glaciario.

El Glaciar Martial experimentó una gran pérdida de superficie en la segunda mitad del siglo XX. Entre 1984 y 2003 registró una disminución en su espesor de 50 cm por año. Esta tendencia se dió en forma más moderada entre 2003 y 2011 debido a la ocurrencia de veranos más frescos y a un repunte de las precipitaciones en este período.