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Estancia Jesuítica de Santa Catalina


La Estancia Jesuítica de Santa Catalina se inicia en 1622, cuando la Compañía de Jesús adquiere al herrero Luis Frassón una propiedad rural en las Sierras de Córdoba que destinará al sostenimiento económico del Noviciado. Su ubicación privilegiada en las rutas comerciales hacia el Potosí y la gestión rigurosa de los Padres estancieros, convirtieron al emprendimiento rural en un importante centro ganadero.

En 1767, año de la expulsión de la Compañía, la estancia contaba por miles las cabezas de yeguas de vientre, potros y potrillos, caballos, mulas, vacunos, ovejas y cabras. En el transcurso de ese siglo y medio, construyeron los edificios del casco principal, cuya planta era la más considerable de todas las estancias jesuíticas. El conjunto se componía de tres patios: el de la residencia, rodeado por galería de bóvedas; el destinado a las oficinas de panadería, jabonería, herrería, carpintería, obraje y depósitos, y el correspondiente a la huerta.

Para alojar los cinco centenares de mano de obra esclava edificaron una ranchería de 55 cuartos, cercada en todo el perímetro y con portada de acceso. En el entorno del casco desplegaron una obra de ingeniería: un sistema de acequias que conducía el agua desde las sierras hasta el tajamar, y desde allí, mediante el uso de energía hidráulica, movían dos molinos harineros y un batán para los textiles. La presa servía también para el riego de las huertas y los hornos de ladrillos y tejas. En el conjunto arquitectónico sobresale la iglesia, cuya fachada se constituye en un acabado ejemplo del Barroco centroeuropeo y es atribuida al Hermano coadjutor Antonio Harschl, nacido en Baviera.

De proporciones perfectas, la planta en forma de cruz latina posee una sola nave. El altar mayor exhibe un gran retablo tallado en madera y dorado que, en las horas diurnas, se ilumina desde una cúpula circular con ventanas en la bóveda. El pretil de la Iglesia incluye también la portada del cementerio, donde se repiten las formas barrocas de la fachada del templo. Allí se encuentran los restos del músico jesuita Domenico Zipoli.

Textos: Josefina Piana y Melina Malandrino.
Fotos: Roger Berta y Javier Correa


Ubicación

Provincia: Córdoba
Ciudad: Totoral
Dirección: A 14 km de Ascochinga y a 71 km de Córdoba, por Ruta Nac. Nº 9. Pedanía Río Quinto.

Declaratoria: Decreto N° 90.732/1941.
Categoría: Monumento histórico nacional

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