En 1618 la Compañía de Jesús compra una heredad rural con 20.000 cepas de vid. Contigua a la Estancia Caroya y sobre el río Guanusacate, la Estancia Jesús María se asignó para sostén del Colegio Máximo, y su producción estuvo destinada especialmente a la elaboración de vino.
En el entorno del casco los jesuitas introdujeron el manejo de la energía hidráulica. Para ello dispusieron canales, un tajamar, dos molinos harineros y un batán para los textiles. A comienzos del siglo XVIII iniciaron la construcción definitiva de los edificios centrales en torno a un patio con dos laterales rodeados de galerías en planta baja y alta, entrepiso de bóvedas y techo de cabreadas.
En la planta baja se dispusieron los espacios para elaborar y almacenar vino: un corredor para los lagares y una gran bodega con bóveda de medio cañón corrido rebajada con crucería. Repartida en tinajas y barriles, la bebida se distribuía en las residencias jesuitas para ser utilizada en la consagración de la Misa, en los refectorios, o bien como vinagre para la conservación de los alimentos. Buena parte de la producción también se destinaba para su venta.
En el diseño de la iglesia intervino el arquitecto jesuita Andrés Blanqui. De una sola nave y un importante crucero, posee tribuna y coro alto. Frente al presbiterio resalta una cúpula con pechinas, donde se han trabajado en relieve cuatro ángeles con rostros indígenas. El templo se acompaña de una gallarda espadaña en diagonal.
Textos: Josefina Piana y Melina Malandrino.
Fotos: Alberto Petrina y Gonzalo Viramonte
Ubicación
Provincia: Córdoba
Ciudad: Jesús María
Dirección: Pedro Oñate S/N
Declaratoria: Decreto N° 90.732/1941.
Categoría: Monumento histórico nacional