Aviso ARA "Alférez Sobral" (A-9)
Desplazamiento: 800 toneladas a plena carga.
Dimensiones: Eslora: 43,6 metros - Manga: 10,3 metros - Calado: 4 metros.
Propulsión: 2 motores GM 12-278 A Diesel-Eléctrico 2200 HP, 2 generadores 1500 HP, 1 hélice.
Velocidad: 12,5 nudos.
Autonomía: 16.500 millas náuticas a 8 nudos.
Tripulación: 49 tripulantes.
Perteneció a la Armada de los Estados Unidos de Norteamérica. Fue construido en el astillero Levinsgtone Shipbuilding Co. de Orange. Tras la compra por parte de la Armada Argentina se afirmó el Pabellón el 10 de febrero de 1972. El 6 de marzo zarpó desde Mayport, Florida, arribando a la Base Naval de Puerto Belgrano el 18 de abril del mismo año.
Entre el 14 y el 27 de noviembre de 1972 se destacó a las Islas Malvinas en apoyo a las comunicaciones, durante las negociaciones diplomáticas con autoridades locales y británicas.
En el marco de Conflicto del Atlántico Sur, el 27 de marzo, su entonces Comandante, Capitán de Corbeta Sergio Raúl Gómez Roca, recibió la orden de convocar al personal, alistar el buque y zarpar de inmediato desde la Base Naval Puerto Belgrano, arribando el 1° de abril a Río Gallegos.
A los pocos días recibieron la orden de dirigirse a Puerto Deseado para reabastecerse y destacarse inmediatamente hacia las Islas Malvinas. El 17 de abril, el “Sobral” llegó a la posición asignada.
Casi medio mes después, el 1° de mayo, se produjo el derribo de un avión Camberra de la Fuerza Aérea Argentina, a 100 millas náuticas (185 km) al Norte del Estrecho de San Carlos, por lo que el aviso fue destacado para efectuar la búsqueda y rescate de los dos tripulantes de la aeronave.
La decisión del Comandante de internarse en una zona controlada por el enemigo fue avalada por toda la dotación, aún sabiendo que las posibilidades de salir indemnes eran casi nulas, teniendo en cuenta que en el sector operaban entre ocho y nueve barcos enemigos, incluido un portaaviones, y que no podrían recibir ayuda naval ni cobertura aérea.
En la medianoche del 2 de mayo, el “Sobral” fue sobrevolado y descubierto por un helicóptero enemigo, por lo que el buque abrió fuego con su cañón Bofors de 40 mm y las ametralladoras Oerlikon de 20 mm. El helicóptero enemigo a su vez disparó dos misiles, impactando uno en la lancha del buque e hiriendo a varios tripulantes.
El Capitán Gómez Roca, al observar que los ataques se producían con misiles y que el lugar de mayor riesgo era la superestructura y el puente de comando, ordenó desalojar las cubiertas superiores y los sectores más expuestos, quedando en el puente solamente él y los tripulantes indispensables para conducir el buque.
Esta difícil y heroica decisión significaría luego la preservación de la vida de muchos de sus hombres, pero también su propia muerte en acción. El enemigo atacó nuevamente a las 01:20 horas del 3 de mayo, impactando un misil de lleno en el puente de comando, destruyéndolo totalmente junto al cuarto de radio. Allí, además del Capitán Gómez Roca, ofrecieron sus vidas por el deber de defender la Patria otros siete marinos: el Guardiamarina Claudio Olivieri; el Cabo Principal Mario Alancay; los Cabos Segundos Daniel Tonina, Sergio Medina y Ernesto del Monte; el Conscripto Roberto D’Errico y el Marinero Héctor Dufrechou.
A partir de ese momento se hizo cargo de la embarcación el Segundo Comandante, Teniente de Navío Sergio Bazán, encontrándose la misma con el timón fuera de servicio, el puente con todo el instrumental, cartas y elementos de navegación destruidos; la radio destruida, un incendio a bordo, ocho bajas y ocho heridos, personal con heridas menores y la probabilidad de recibir nuevos ataques.
Dominado el incendio y reparado el timón, se emprendió el regreso al continente con todo el personal bajo cubierta, ya que no quedaban armas en condiciones de uso, presentando el interior del buque un estado realmente precario: la energía había sido cortada al igual que la calefacción, no había comida caliente y estaba todo mojado, por lo que el frío se hacía sentir con crudeza.
En ese contexto, tuvo lugar un hecho realmente emotivo que fue el izado de la Bandera de Guerra Argentina en el brazo de grúa de popa, reemplazando al pabellón que ondeaba en el palo y que había sido derribado en el ataque.
Por esta acción Gómez Roca recibió la condecoración "Honor al Valor en Combate", por haber logrando salvar a su personal y a la unidad, demostrando cualidades sobresalientes de conducción, conocimientos profesionales y valor personal.
El buque fue reparado en el Arsenal de la Base Naval de Puerto Belgrano y el 4 de octubre de 1982 reinició sus actividades en el litoral Atlántico. Actualmente depende de la Dirección General del Material de la Armada.