Presidencia de la Nación

Unidades de Superficie

El cuerpo medular del Poder Naval está constituido por buques de combate y apoyo. Su adiestramiento y alistamiento permite realizar misiones de patrullado y asistencia, preservando los recursos naturales y salvaguarda de la vida humana.


Reseña histórica

Los primeros antecedentes de creación de una fuerza naval en el país se dieron en los albores de la lucha por la independencia. En principio conformadas de manera irregular fue parte de numerosas batallas navales que marcaron la necesidad de un componente adiestrado y alistado de manera constante. Tras adquisiciones y fabricaciones de buques de diferentes porte recorrió más de doscientos años de historia.

La historia se remonta a las primeras luchas por la Independencia ya que las continuas batallas a partir de 1810 hicieron necesaria la creación de una fuerza marítima, que comandó el Almirante Guillermo Brown.

A principios de 1811, Montevideo fue nombrada capital del Virreinato del Río de la Plata en reemplazo de Buenos Aires, declarada en rebeldía, y desde allí el nuevo virrey español, Francisco Javier de Elío, siguió intentando recuperar los territorios insurrectos de la cuenca del Plata. El diputado por la provincia de Salta, Dr. Francisco de Gurruchaga, planteó la necesidad del dominio de las aguas. Fue uno de los organizadores de la Primera Escuadrilla patriota de la Junta Provisional Gubernativa de las Provincias, que se formó también en 1811, con la goleta "Invencible" comandada por Juan Bautista Azopardo, el bergantín "25 de Mayo" comandado por Hipólito Bouchard y la balandra "Americana" al mando de Abel Hubac. Tuvo como objetivo interrumpir las comunicaciones por los ríos del litoral entre los realistas de la Banda Oriental y también con el gobierno de Paraguay y apoyar a ejércitos y milicias patriotas.

Entre las batallas que significaron los hitos de la historia naval bajo el mando de Brown, se destacan el Combate de Arroyo de la China, el Buceo y el del sitio de Montevideo, provocando este último la rendición incondicional de Montevideo, por lo que la fecha en que ocurriera esta acción –el 17 de mayo de 1814– se la conmemora como el Día de la Armada Argentina.

En 1814 una nueva escuadrilla naval fue organizada por el gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Su objetivo fue neutralizar el poder naval realista en aguas de la Cuenca del Plata. Esta Tercera Escuadrilla patriota estuvo integrada en diferentes momentos de la campaña por buques como la fragata "Hércules", la corbeta "Zhéfir" (o Céfiro), la fragata "Belfast", la corbeta "Agreable" (o Agradable), el bergantín "Nancy", la goleta "Fortuna" (o Fortunata), la balandra "Carmen", la goleta "Juliet" (o Julieta) y fue puesta al mando del Almirante Guillermo Brown.

Unidades de la Flota de Mar
Unidades de la Flota de Mar

Años más adelante ocurrió un hecho que sería determinante para la consolidación de la Armada Argentina en el contexto histórico nacional ante el peligro que acechaba la soberanía en el sur patagónico. Una división naval argentina al mando del entonces Comodoro Luis Py, conformada por la casi totalidad de la llamada Escuadra de Sarmiento, se alistó en tiempo récord trasladándose desde Buenos Aires y fondeando en la Caleta de los Misioneros en el río Santa Cruz el 1º de diciembre de 1878, alejando con esta presencia una concreta amenaza de usurpación territorial.

La expedición estaba compuesta por el monitor “Los Andes”, la cañonera “Uruguay” y la bombardera “Constitución”, con un destacamento de Artillería de Plaza integrado por cincuenta efectivos al mando del Mayor del Ejército Félix Adalid.

Años más tarde, durante 1884, la entonces Marina de Guerra, por especial encargo del Gobierno Nacional, envió una división expedicionaria a cargo del Coronel de Marina Augusto Lasserre, para establecer dos Subprefecturas Marítimas, una de ellas en Ushuaia. Este hecho permitió a la República Argentina ejercer sus derechos soberanos y aseguró la posesión definitiva de estas tierras, siendo la expedición del Comodoro de Marina Lasserre, la que hiciera flamear por vez primera la enseña celeste y blanca en la bahía de Ushuaia.

Desde entonces la Armada Argentina avanzó con el país y pasó por la época de los acorazados y de los portaaviones, habiendo vivido acciones de guerra durante el conflicto de Malvinas a través de las cuales se perdió al Crucero ARA “General Belgrano” y resultó seriamente averiado el Aviso ARA “Alférez Sobral”.

En años posteriores se incorporaron nuevos medios, lo que posibilitó el desempeño en una gran cantidad de ejercicios y actividad, incluyendo operaciones combinadas internacionales con Armadas de diferentes países tales como Estados Unidos, España, Canadá, Uruguay, Sudáfrica, Paraguay, Chile y Brasil.

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